La reciente Conferencia de Presidentes celebrada en el Palau de Pedralbes, en Barcelona, marca un hito significativo en la política catalana, simbolizando un retorno a la normalidad institucional que había estado ausente durante años. Este evento, que reunió a líderes políticos de diversas comunidades autónomas y al presidente del Gobierno español, se enmarca en lo que muchos analistas han denominado como la ‘pax socialista’ en Cataluña. Esta fase se caracteriza por la hegemonía del Partido Socialista de Cataluña (PSC) en las instituciones catalanas, lo que ha permitido un acercamiento a eventos estatales que antes eran impensables en el contexto del conflicto independentista.
La presencia del PSC en la Generalitat y en el Ayuntamiento de Barcelona, junto con el PSOE en el Gobierno español, ha facilitado el regreso de figuras políticas catalanas a citas estatales. Este cambio se ha visto reflejado en la celebración de eventos como la gala de los premios Goya, la Vuelta a España y partidos de la selección española de fútbol, tanto masculina como femenina, en tierras catalanas. Durante años, estos acontecimientos habían estado rodeados de tensiones y protestas, pero ahora parecen ser recibidos con una indiferencia generalizada, lo que indica un cambio en la percepción pública hacia la relación entre Cataluña y el Estado español.
### La Transformación del Clima Político en Cataluña
La Conferencia de Presidentes de este año es la primera que se celebra en Cataluña desde que se instauró este formato, lo que subraya la transformación del clima político en la región. En contraste con la reunión de diciembre de 2018, que estuvo marcada por protestas masivas en contra del Gobierno español y la presencia de líderes independentistas en prisión, el evento reciente transcurrió sin incidentes significativos. La ausencia de movilizaciones independentistas resalta un desmovilización del movimiento, que ha perdido fuerza en los últimos años. Las únicas protestas que se llevaron a cabo estaban relacionadas con temas sociales como la vivienda y la educación, lo que indica un cambio en las prioridades de la ciudadanía.
Este cambio de ciclo político se ha consolidado desde la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Desde su llegada al cargo, Illa ha promovido la idea de la ‘normalidad institucional’, lo que incluye un acercamiento a la monarquía española. Este acercamiento se ha materializado en múltiples encuentros con el rey Felipe VI, algo que no se había visto en años. La última vez que un presidente catalán fue recibido en la Zarzuela fue en 2015, y desde entonces, las relaciones entre la Generalitat y la monarquía habían estado marcadas por la tensión y el rechazo.
Illa ha sido el primer presidente catalán en asistir a actos institucionales en Madrid, como el Día de la Hispanidad y el Día de la Constitución, lo que simboliza un cambio en la narrativa política de Cataluña. En sus discursos, ha defendido la Constitución como un símbolo de unión y ha afirmado que Cataluña debe estar presente en la construcción de una España plural y diversa. Este enfoque ha sido bien recibido por algunos sectores de la sociedad catalana, aunque también ha generado críticas por parte de los partidos independentistas.
### Eventos Estatales y su Impacto en la Sociedad Catalana
La recuperación de eventos estatales en Cataluña no solo refleja un cambio en la política, sino también en la cultura y la identidad catalana. La selección española de fútbol ha vuelto a jugar en Cataluña, algo que no sucedía desde hace años. El RCDE Stadium de Cornellà acogió un partido de la selección femenina contra Inglaterra, y la selección masculina también ha disputado encuentros en la región. Estos eventos, que antes eran motivo de protestas y movilizaciones, ahora parecen ser recibidos con un aire de normalidad.
Además, la Vuelta a España hizo su regreso a Barcelona después de más de una década, lo que subraya la apertura de la ciudad a eventos que antes eran considerados tabú. La gala de los premios Goya, que se celebrará en 2026, también representa un hito significativo, ya que es la primera vez en 26 años que Barcelona acogerá este evento. La elección de la ciudad como sede fue celebrada tanto por el Ayuntamiento como por el Govern de Illa, lo que indica un consenso en torno a la importancia de estos eventos para la imagen de Cataluña.
Sin embargo, a pesar de este clima de normalidad, las protestas no han desaparecido por completo. Aunque han perdido fuerza y número, todavía hay sectores de la sociedad que se oponen a la presencia del rey y a la relación con el Estado español. Las manifestaciones, aunque escasas, siguen siendo un recordatorio de que el conflicto no está completamente resuelto y que la historia reciente de Cataluña sigue influyendo en la política y la sociedad.
En resumen, la ‘pax socialista’ en Cataluña ha permitido un acercamiento a eventos estatales y una normalización de las relaciones con el Gobierno español y la monarquía. Sin embargo, el legado del procés y las tensiones políticas aún persisten, lo que sugiere que el camino hacia una verdadera reconciliación y normalización será largo y complejo.