El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha expresado su descontento con las recientes sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, acusando a la administración estadounidense de aliarse con la mafia en lugar de colaborar en la lucha contra el narcotráfico. En un discurso realizado en Bogotá, Petro calificó las sanciones como «una arbitrariedad propia de un régimen de opresión» y un «programa de control colonial sobre América Latina». Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión entre ambos países, especialmente tras la inclusión de Petro y varios miembros de su gobierno en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU.
El mandatario colombiano ha defendido su gestión en la lucha contra el narcotráfico, rechazando las acusaciones de que su gobierno ha permitido un aumento en la producción de cocaína. Según Petro, estas afirmaciones son «mentiras» y ha destacado que durante su administración se han logrado cifras históricas de incautación de drogas. Además, ha recordado que el incremento en los cultivos ilícitos se produjo durante el mandato de su predecesor, Iván Duque, quien dejó un legado de 230.000 hectáreas de cultivos de coca.
### Las sanciones y su impacto en la relación bilateral
Las sanciones impuestas por Estados Unidos tienen un impacto significativo en la relación bilateral entre ambos países. La medida implica que todos los bienes de Petro y su círculo cercano en EE.UU. quedan bloqueados, lo que limita su capacidad de operar en el país. Además, cualquier transacción que involucre a estas personas queda prohibida para los ciudadanos estadounidenses. Esta acción ha sido presentada por el Departamento del Tesoro como una forma de proteger a EE.UU. y enviar un mensaje claro sobre la intolerancia hacia el tráfico de drogas.
Petro ha criticado la falta de comprensión de la realidad colombiana por parte de la administración de Donald Trump, afirmando que no saben dónde queda Colombia ni conocen los esfuerzos que su gobierno ha realizado en la lucha contra el narcotráfico. En su discurso, el presidente colombiano enfatizó que la política exterior de EE.UU. no solo es injusta, sino que también ignora los esfuerzos de su país en la materia.
La inclusión de Petro en la lista negra de la OFAC ha generado un fuerte rechazo en Colombia, donde muchos ven estas sanciones como un ataque a la soberanía del país. El presidente ha manifestado que siempre creyó en la posibilidad de una colaboración mutua entre Colombia y EE.UU., pero que la realidad ha demostrado lo contrario. En su opinión, la lucha contra las drogas ha sido utilizada como una excusa para implementar políticas que controlan a los países latinoamericanos.
### La respuesta de EE.UU. y el contexto político
Desde el Departamento del Tesoro, el secretario Scott Bessent ha defendido las sanciones, argumentando que Petro ha permitido el crecimiento de los cárteles de la droga y ha fallado en detener esta actividad. Según Bessent, el presidente colombiano ha otorgado beneficios a organizaciones narcoterroristas bajo su plan de «paz total», lo que ha llevado a un aumento en los niveles de cultivo de coca y producción de cocaína.
Este cruce de acusaciones se produce en un contexto de creciente tensión política entre Colombia y EE.UU. En días recientes, Trump ha amenazado con tomar «medidas muy severas» contra Colombia, calificando a Petro de «matón y mal tipo que produce mucha droga». Estas declaraciones han intensificado el debate sobre la política exterior de EE.UU. hacia América Latina y la percepción de intervencionismo en los asuntos internos de los países de la región.
La situación actual plantea un desafío significativo para Petro, quien busca mantener su agenda de paz y desarrollo en Colombia mientras enfrenta la presión externa de un país que históricamente ha tenido una influencia considerable en la política colombiana. La respuesta del presidente colombiano a las sanciones refleja no solo su postura frente a la política estadounidense, sino también su compromiso con la soberanía y la autodeterminación de su país en la lucha contra el narcotráfico.
En este contexto, la relación entre Colombia y Estados Unidos se encuentra en un punto crítico, donde las acciones y declaraciones de ambos lados podrían definir el futuro de su colaboración en temas de seguridad y desarrollo. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, ya que las decisiones tomadas en este ámbito podrían tener repercusiones más amplias en la estabilidad de la región.
