Las relaciones diplomáticas entre España e Israel han atravesado un periodo de tensión creciente desde octubre de 2023, cuando una serie de eventos marcó un punto de inflexión en la política internacional de ambos países. La decisión del Gobierno español de reconocer al Estado de Palestina ha sido uno de los factores que ha contribuido a este deterioro. A pesar de las críticas y las demandas de ruptura de relaciones por parte de algunos sectores de la izquierda española, el Gobierno de Pedro Sánchez ha optado por mantener a su embajadora en Tel Aviv, lo que ha suscitado un intenso debate político.
### Contexto de la Crisis Diplomática
La escalada de violencia en la región de Oriente Medio, especialmente en Gaza, ha llevado a un aumento en las tensiones entre España e Israel. Desde los ataques de Hamás a Israel en octubre de 2023, el Gobierno israelí ha respondido con una ofensiva militar que ha resultado en la muerte de miles de civiles palestinos. Este contexto ha provocado que el Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, adopte una postura crítica hacia las acciones de Israel, lo que ha llevado a una serie de protestas diplomáticas.
En este marco, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha convocado en varias ocasiones al encargado de negocios de la embajada israelí en Madrid, Dan Poraz, para expresar su rechazo a las acciones del Ejército israelí. La primera de estas convocatorias se produjo tras un incidente en Cisjordania, donde un grupo de diplomáticos europeos fue atacado. La segunda convocatoria tuvo lugar después del asalto a la Flotilla de la Libertad, un evento que ha generado una gran controversia y ha puesto de manifiesto la complejidad de las relaciones entre ambos países.
A pesar de estas tensiones, el Gobierno español ha decidido no retirar a su embajadora en Israel, lo que ha llevado a críticas por parte de algunos sectores políticos. La portavoz de Sumar, Lara Hernández, ha sido clara en su postura, pidiendo la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. Esta demanda se enmarca en un contexto más amplio de presión sobre el Gobierno de Sánchez para que adopte una postura más firme en defensa de los derechos humanos en Palestina.
### La Respuesta del Gobierno Español
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido la decisión de mantener la embajada en Israel, argumentando que el diálogo es fundamental para alcanzar una solución pacífica al conflicto. En sus declaraciones, Albares ha subrayado la importancia de mantener canales de comunicación abiertos, tanto con Israel como con otros actores internacionales. Según él, la retirada de embajadores no es una medida que se adopte fácilmente, y ha comparado la situación con la relación de España con Rusia, donde también se mantienen canales diplomáticos a pesar de las tensiones.
Albares ha enfatizado que el Gobierno español está comprometido con la búsqueda de una solución de dos estados, donde tanto Israel como Palestina puedan coexistir pacíficamente. Esta postura ha sido respaldada por algunos sectores de la comunidad internacional, que ven en el diálogo y la diplomacia la única vía viable para resolver el conflicto.
Sin embargo, la presión interna sobre el Gobierno ha aumentado, especialmente después de que Sánchez calificara a Israel como un «Estado genocida» en el Congreso. Este tipo de declaraciones han llevado a Israel a convocar a la embajadora española en varias ocasiones, lo que ha intensificado aún más la crisis diplomática. La situación ha generado un debate sobre la eficacia de las medidas adoptadas por el Gobierno español y su capacidad para influir en la política israelí.
La comunidad internacional también ha estado atenta a estos desarrollos. Organizaciones de derechos humanos han instado a España a adoptar una postura más firme en defensa de los derechos de los palestinos, y algunos analistas sugieren que la presión interna podría llevar a un cambio en la política exterior española hacia Israel.
En este contexto, el futuro de las relaciones entre España e Israel sigue siendo incierto. La presión por parte de la izquierda para romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel podría llevar al Gobierno a reconsiderar su postura, especialmente si las tensiones continúan escalando. Por otro lado, la insistencia de Albares en mantener el diálogo sugiere que el Gobierno español está buscando un equilibrio entre las demandas internas y la necesidad de mantener relaciones diplomáticas con Israel.
A medida que la situación en Oriente Medio sigue evolucionando, será crucial observar cómo España maneja sus relaciones con Israel y Palestina. La política exterior española se enfrenta a un desafío significativo, y las decisiones que se tomen en los próximos meses podrían tener un impacto duradero en la región y en la posición de España en el ámbito internacional.
