Margarita del Val, reconocida viróloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha sido una voz prominente durante la crisis del Covid-19. Su experiencia y conocimientos la han llevado a ser una figura clave en la comunicación científica, especialmente en momentos de incertidumbre. Recientemente, participó en el XVIII Congreso Anual de Biotecnología en Málaga, donde compartió sus reflexiones sobre la pandemia y las amenazas sanitarias que podrían surgir en el futuro.
La pandemia de Covid-19 dejó una huella profunda en la sociedad, revelando la vulnerabilidad de los sistemas de salud y la importancia de la investigación. Del Val destaca que uno de los aprendizajes más significativos es la necesidad de reconocer nuestra fragilidad ante los agentes infecciosos. En su opinión, la percepción de que algunos países eran inmunes al virus fue un error que costó tiempo valioso en la respuesta inicial a la pandemia. «Un mes de un virus que se estaba multiplicando de una manera sintomática y transmitiéndose de esa manera loca es muchísimo tiempo», señala.
La investigadora enfatiza que la salud pública debe ser prioritaria y que la prevención es clave. «No vale cuando ya tengo las UCI llenas. Lo que hay que hacer es ir al origen, ir a la prevención en salud pública y, mucho antes, ir a la investigación», afirma. Este enfoque proactivo es esencial para estar preparados ante futuras crisis sanitarias. Del Val también menciona que el desarrollo rápido de vacunas durante la pandemia fue posible gracias a un conocimiento previo acumulado en años de investigación.
A pesar de su papel como comunicadora, Margarita del Val reconoce que al principio no se escuchó a los expertos. La incertidumbre y la novedad de la situación hicieron que muchas voces científicas fueran ignoradas. «Se tardó en convencer a suficientes personas de que realmente la que se nos venía era muy tremenda», explica. Este retraso en la respuesta inicial subraya la importancia de escuchar a los científicos y expertos en salud pública desde el inicio de cualquier crisis.
La atención a las enfermedades infecciosas ha sido eclipsada en ocasiones por el enfoque en el cáncer, a pesar de que muchos tumores son causados por agentes infecciosos. Del Val señala que uno de cada seis tumores está relacionado con infecciones, como el virus del papiloma humano, que causa cáncer de cuello de útero. A pesar de los avances en la investigación y tratamiento del cáncer, las enfermedades infecciosas siguen siendo una amenaza significativa que no debe ser subestimada.
En cuanto a las amenazas actuales, Margarita del Val menciona varios virus que le preocupan, siendo la viruela del mono uno de los más alarmantes. Aunque inicialmente se pensó que su transmisión era limitada a ciertos grupos, la situación ha cambiado y ahora se está propagando en poblaciones más amplias en África Central. «Me preocupa porque sabemos cuál es su punto débil, que es que tenemos una vacuna», dice. Sin embargo, la falta de acceso a vacunas en regiones afectadas es un desafío crítico que debe abordarse urgentemente.
Además de la viruela del mono, la investigadora también menciona el virus del Nilo y otras enfermedades transmitidas por vectores como mosquitos y garrapatas. La experiencia adquirida en 2024 ha llevado a una mejor preparación para enfrentar estos virus en 2025, pero la vigilancia y la investigación continúan siendo esenciales. «2025 es una prueba de fuego para el virus del Nilo», advierte Del Val, subrayando la importancia de estar alerta ante cualquier brote.
La conversación con Margarita del Val resalta la necesidad de un enfoque integral en la salud pública que abarque tanto las enfermedades infecciosas como el cáncer. La investigación y la prevención deben ser pilares fundamentales en la estrategia de salud global. La voz de expertos como Del Val es crucial para guiar a la sociedad en la comprensión de estas complejas interacciones y en la preparación para futuros desafíos sanitarios. La ciencia y la comunicación efectiva son herramientas poderosas que pueden ayudar a mitigar el impacto de las crisis de salud pública, y es vital que se escuchen y se valoren en todo momento.