El 29 de octubre de 2024 marcó un hito trágico en la historia reciente de la Comunidad Valenciana, cuando una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) dejó un saldo devastador de 229 vidas perdidas. Un año después, el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha hecho un llamado a la reflexión sobre la gestión de la crisis y el sufrimiento de las víctimas, reconociendo que «hubo cosas que debieron funcionar mejor». En una declaración institucional, Mazón ha propuesto que esta fecha se convierta en el Día de Recuerdo a las Víctimas de la DANA, un gesto simbólico que busca honrar la memoria de quienes perdieron la vida y ofrecer un espacio para la sanación colectiva.
La declaración se llevó a cabo en el Palau de la Generalitat, donde se congregaron representantes de diferentes instituciones, incluidos miembros del Consell, diputados y la alcaldesa de València, María José Catalá. El acto comenzó con un emotivo minuto de silencio en homenaje a las víctimas, un momento que subrayó la gravedad de la tragedia y la necesidad de recordar a aquellos que sufrieron.
Mazón enfatizó que, aunque se ha avanzado en la recuperación material y emocional, la comunidad aún está lidiando con las secuelas de la tragedia. «Seguimos sanando humanamente y reparando materialmente», afirmó, subrayando la importancia de no olvidar el desamparo que sintieron muchos valencianos durante y después de la catástrofe. Su discurso, aunque cargado de empatía, también fue objeto de críticas por parte de algunos sectores políticos, que consideran que la gestión de la crisis fue insuficiente.
La respuesta de la oposición no se hizo esperar. Joan Baldoví, síndic de Compromís en Les Corts Valencianes, calificó la declaración de Mazón como «infame» y exigió su dimisión. Según Baldoví, la única declaración que esperan los valencianos es la renuncia del president, argumentando que sus palabras son un insulto a las víctimas y que los aplausos al final de su discurso son una burla a la tragedia vivida. Esta crítica resalta la polarización política en torno a la gestión de la crisis y la necesidad de un debate más profundo sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas en situaciones de emergencia.
La DANA de 2024 no solo dejó un impacto humano, sino que también puso de manifiesto las deficiencias en la preparación y respuesta ante desastres naturales en la región. La falta de protocolos claros y la ineficacia en la comunicación durante la crisis han sido puntos de discusión entre los ciudadanos y los políticos. La reflexión de Mazón sobre lo que debió hacerse mejor es un paso hacia la identificación de áreas de mejora, pero muchos consideran que se necesita más que palabras para garantizar que una tragedia similar no vuelva a ocurrir.
La propuesta de establecer el 29 de octubre como Día de Recuerdo a las Víctimas de la DANA es un gesto significativo que busca mantener viva la memoria de quienes perdieron la vida y apoyar a las familias afectadas. Sin embargo, la implementación de políticas efectivas para la prevención y respuesta ante desastres es crucial para restaurar la confianza de la ciudadanía en sus líderes. La comunidad valenciana se enfrenta a un reto importante: aprender de esta experiencia trágica y trabajar en conjunto para fortalecer la resiliencia ante futuros desastres.
En este contexto, es fundamental que las autoridades locales y regionales se comprometan a mejorar la infraestructura y los sistemas de alerta temprana, así como a fomentar la educación y la preparación de la población ante situaciones de emergencia. La colaboración entre diferentes niveles de gobierno y la participación activa de la comunidad son esenciales para construir un entorno más seguro y preparado.
La tragedia de la DANA ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de la Comunidad Valenciana. A medida que se conmemora el primer aniversario de este evento, es vital que la sociedad reflexione sobre las lecciones aprendidas y se comprometa a trabajar hacia un futuro más seguro. La memoria de las víctimas debe ser un motor para el cambio y la mejora continua en la gestión de crisis, asegurando que nunca se repita una tragedia de tal magnitud.
