La vida de Ronna Keith ha estado marcada por el amor y la memoria de su difunto esposo, Julio Iglesias Puga, quien falleció hace 20 años. En una emotiva aparición en el programa ‘TardeAR’, Ronna compartió sus recuerdos y reflexiones sobre su relación con el padre del famoso cantante Julio Iglesias. La historia de amor entre Ronna y Julio comenzó en el Paseo de La Habana en Madrid, donde se conocieron y, según Ronna, fue amor a primera vista. «Era una persona con un gran sentido del humor y muy inteligente», recordó, destacando los valores que él tenía hacia la familia y la espiritualidad.
### Un Legado de Amor y Humildad
A lo largo de los años, Ronna ha mantenido viva la memoria de Julio, hablando a sus hijos sobre su padre y transmitiendo los valores que él representaba. «Era una persona muy humilde en su carácter. Para mí, el legado más grande que ha dejado para sus hijos es que ha sido una persona muy humana», comentó Ronna, enfatizando la importancia de recordar a Julio no solo como un médico exitoso, sino como un ser humano excepcional.
La pareja se casó en 2001 en una ceremonia íntima en Estados Unidos, un día que Ronna recuerda con cariño. «Fue un acierto hacerlo de una manera menos complicada. Mantener un secreto así, tan delicioso, fue importante», dijo, con una sonrisa que reflejaba la alegría de esos momentos. A pesar de la diferencia de edad de 48 años entre ellos, Ronna nunca se ha arrepentido de su decisión de unirse a Julio. Para ella, su relación fue un verdadero cuento de hadas, lleno de amor y aprendizaje.
### La Vida Después de Julio
Desde el fallecimiento de Julio, Ronna ha continuado su vida en Miami, donde ha criado a sus hijos, Jaime Nathaniel y Ruth, quien nunca llegó a conocer a su padre. A pesar de la tristeza que puede acompañar la pérdida, Ronna ha elegido recordar a Julio con alegría y gratitud. «Nada de lágrimas, hablo de él con alegría», afirmó, reflejando una actitud positiva ante la vida y el legado que él dejó.
Ronna también ha mantenido un vínculo con Galicia, la tierra natal de Julio, viajando con frecuencia para reconectar con sus raíces y recordar a su amado. La conexión con la cultura y la familia es algo que Ronna valora profundamente, y ha hecho un esfuerzo consciente por transmitir esos valores a sus hijos. La historia de Ronna y Julio es un testimonio de cómo el amor puede trascender el tiempo y las circunstancias, dejando una huella imborrable en la vida de quienes quedan atrás.
La vida de Ronna Keith es un recordatorio de que el amor verdadero no solo se vive en el presente, sino que también se recuerda y se celebra en el futuro. A través de sus palabras y recuerdos, Ronna ha logrado mantener viva la esencia de Julio, un hombre que, aunque ya no está físicamente presente, sigue siendo una parte integral de su vida y la de sus hijos. Su historia es un homenaje a la vida, al amor y a la memoria, y un ejemplo de cómo se puede encontrar la paz y la felicidad incluso después de una pérdida devastadora.