En un ambiente de tensión y reivindicación, la Universidad de Alcalá de Henares se convirtió en el escenario de una significativa protesta el pasado viernes, coincidiendo con la inauguración del curso académico 2025/26. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, asistió al acto, lo que motivó la movilización de sindicatos, docentes y estudiantes que exigieron un modelo de financiación más justo y suficiente para las universidades públicas de la región.
La concentración, organizada por los sindicatos CC.OO., UGT y CGT, reunió a alrededor de medio centenar de docentes y estudiantes que alzaron sus voces no solo en defensa de la educación pública, sino también en apoyo a la situación crítica en Gaza. Los manifestantes corearon lemas como «Universidad pública», «Ayuso, escucha, la uni está en la lucha» y expresaron su rechazo a lo que consideran un «genocidio» en Palestina. Esta conexión entre la lucha por la educación y la solidaridad internacional refleja un creciente compromiso de la comunidad universitaria con causas sociales más amplias.
### Demandas de Financiación y Críticas a la Comunidad de Madrid
Los manifestantes exigieron un modelo de financiación que sea «estable, justo y suficiente» para todas las universidades públicas madrileñas. En particular, se hizo hincapié en la necesidad de explorar alternativas al sistema de préstamos, que muchos consideran perjudicial para la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Los asistentes argumentaron que el endeudamiento y la tutela externa no son soluciones viables para afrontar la crisis financiera que atraviesan las instituciones educativas.
La protesta también fue una respuesta a las críticas que ha recibido el Gobierno regional por su gestión de la educación pública. Desde la Delegación del Gobierno, se defendió el derecho a la reunión pacífica, aunque se cuestionó la decisión de permitir la concentración en un momento tan simbólico como la inauguración del curso académico. Esta situación ha generado un debate sobre la libertad de expresión y el papel del Gobierno en la regulación de las manifestaciones.
### La Reacción de la Comunidad Universitaria y la Sociedad
La comunidad universitaria no se limitó a expresar su descontento por la falta de financiación; también se unió a la causa de Gaza, mostrando una solidaridad que trasciende las fronteras locales. Los cánticos que resonaron en la Plaza de San Diego, como «Gaza está sangrando y el mundo está mirando», evidencian una creciente conciencia social entre los jóvenes y un deseo de involucrarse en temas globales.
Por otro lado, la protesta también atrajo a un grupo de contramanifestantes que, con banderas de España, expresaron su apoyo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y exigieron su dimisión. Esta división en la sociedad refleja las tensiones políticas actuales y la polarización que se vive en el país.
La movilización en Alcalá de Henares es un ejemplo claro de cómo las universidades pueden ser un espacio de debate y acción social. La intersección entre la educación y la política es cada vez más evidente, y los estudiantes y docentes están dispuestos a alzar la voz en defensa de sus derechos y de aquellos que sufren en otras partes del mundo.
La protesta no solo se centró en la financiación de las universidades, sino que también se convirtió en un acto de solidaridad con un pueblo que enfrenta una crisis humanitaria. Este tipo de acciones son fundamentales para fomentar un sentido de comunidad y responsabilidad social entre los jóvenes, quienes son el futuro de la sociedad.
A medida que el curso académico avanza, es probable que veamos más movilizaciones y debates en torno a la educación pública y la justicia social. La comunidad universitaria de Alcalá de Henares ha demostrado que está dispuesta a luchar por un futuro mejor, tanto en el ámbito educativo como en el contexto global. La conexión entre la lucha por la educación y la solidaridad internacional es más relevante que nunca, y las voces de los estudiantes y docentes seguirán resonando en las calles.