Las agencias de calificación de riesgo Moody’s y Fitch han elevado recientemente la nota de España, reflejando un desempeño económico más sólido de lo esperado. Esta mejora se suma a la reciente actualización de S&P, que también había elevado su calificación. En este contexto, es importante analizar qué factores han llevado a estas agencias a tomar decisiones tan positivas y qué implicaciones tienen para el futuro económico del país.
### Factores que Impulsan la Mejora de la Calificación
La decisión de Moody’s de elevar la calificación de España de ‘Baa1’ a ‘A3’ se basa en varios indicadores económicos que muestran un crecimiento más equilibrado y una mejora notable en el mercado laboral. La agencia destaca que la fortaleza económica del país ha aumentado, lo que lo hace menos vulnerable a perturbaciones externas. Esto se traduce en una mayor resiliencia económica, un aspecto crucial en un mundo donde las crisis pueden surgir de manera inesperada.
Por su parte, Fitch ha elevado su calificación de ‘A-‘ a ‘A’, también con una perspectiva estable. La agencia ha señalado que el crecimiento económico de España ha superado significativamente al de otras grandes economías de la eurozona. Un factor clave en este crecimiento ha sido el gran flujo migratorio, que ha contribuido a un aumento en la fuerza laboral y, por ende, en la actividad económica. Además, las exportaciones de servicios han mostrado una diversificación y solidez que respaldan esta tendencia positiva.
Ambas agencias han coincidido en resaltar la evolución positiva del mercado laboral, que ha alcanzado tasas de actividad y ocupación históricas. Este aspecto se ha convertido en un pilar fundamental para el crecimiento económico, junto a otros factores como la baja deuda del sector privado y un sector bancario que se encuentra en una situación saneada. Estos elementos han permitido que España mantenga un superávit por cuenta corriente, lo que es un indicador de salud económica.
### Proyecciones de Crecimiento y Desafíos Futuros
Las proyecciones de crecimiento para España son optimistas. Fitch ha elevado su previsión de crecimiento para 2025 al 2,7%, alineándose con las expectativas del Gobierno. Esta mejora se debe en parte a la limitada exposición de España a los aranceles estadounidenses y al continuo desendeudamiento externo neto. Por otro lado, Moody’s estima que el crecimiento potencial del país se sitúa entre el 1,5% y el 1,6%, aunque advierte que este crecimiento podría verse afectado por el envejecimiento de la población, que limita el aumento de la fuerza laboral.
Sin embargo, a pesar de estas proyecciones positivas, existen desafíos que podrían obstaculizar el crecimiento sostenido de la economía española. Fitch ha señalado el bloqueo político como un riesgo significativo, ya que dificulta la actividad legislativa de un Gobierno de coalición en minoría. Esta situación puede retrasar reformas cruciales que son necesarias para mejorar la oferta de vivienda y desarrollar una estrategia coherente de consolidación fiscal.
Además, la presión sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debido a acusaciones de corrupción que involucran a miembros de su partido, añade un nivel de incertidumbre política que podría afectar la confianza de los inversores y la estabilidad económica en general. La fragmentación política y regional también complica la implementación de políticas efectivas que puedan impulsar el crecimiento a largo plazo.
A pesar de estos desafíos, el Ministerio de Economía ha valorado positivamente que todas las agencias de calificación hayan ubicado su calificación en ‘A’, algo que no se había logrado desde la crisis financiera. Esta situación es vista como un signo de confianza internacional en la economía española, lo que podría atraer inversiones y fomentar un ambiente económico más robusto.
En resumen, las recientes mejoras en la calificación de España por parte de Moody’s y Fitch reflejan un panorama económico más optimista, sustentado en un crecimiento sólido y un mercado laboral en recuperación. Sin embargo, los desafíos políticos y estructurales siguen presentes y requerirán atención para asegurar que la economía española continúe en esta senda de crecimiento.