En el contexto actual de tensiones en Oriente Medio, la figura del embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed, se ha vuelto crucial para entender la complejidad del conflicto palestino-israelí. En una reciente entrevista, Wahed expone su perspectiva sobre la situación actual, el papel de la comunidad internacional y las dinámicas políticas en la región. Su análisis ofrece una visión profunda sobre cómo se percibe el conflicto desde la óptica palestina y las implicaciones de las decisiones políticas en Europa y Estados Unidos.
### La Reconocimiento del Estado Palestino
El reconocimiento oficial del Estado de Palestina por parte del Gobierno español en mayo de 2024 marcó un hito significativo en la política exterior de España. Este reconocimiento, que llegó con una década de retraso, fue el resultado de un largo proceso que comenzó en 2014, cuando se aprobó una proposición no de ley para instar al antiguo Gobierno a otorgar dicho estatus. Sin embargo, la reacción de la oposición, especialmente del Partido Popular y Vox, ha sido crítica, acusando al Gobierno de Pedro Sánchez de utilizar la situación para desviar la atención de otros problemas internos.
Wahed, en su papel como embajador, ha observado de cerca estas reacciones. Asegura que, aunque hay sectores dentro del PP con los que se puede dialogar, otros han mostrado una postura más radical y han rechazado cualquier tipo de apoyo que provenga de grupos que consideran extremistas. Esta división en la política española refleja una tendencia más amplia en Europa, donde el apoyo a Palestina a menudo se ve empañado por la influencia de intereses políticos y económicos.
El embajador también señala que la comunidad internacional, especialmente Europa y Estados Unidos, tiene una responsabilidad histórica en la creación del Estado de Israel y, por ende, en la situación actual de Palestina. «Europa no puede lavarse las manos de sus obligaciones y responsabilidades», afirma Wahed, enfatizando que la creación de Israel fue un acto impulsado por potencias occidentales que ahora deben rendir cuentas por las consecuencias de sus acciones.
### La Realidad en el Terreno
La situación en el terreno es alarmante. Mientras la atención mediática se centra en la Franja de Gaza, Wahed advierte que en Cisjordania se está llevando a cabo otro capítulo del genocidio. Los campos de refugiados, como los de Yenín y Tulkarem, han sido devastados, y la anexión de territorios palestinos continúa sin freno. El embajador critica el uso de términos como «asentamientos», que en realidad son colonias con miles de habitantes, y denuncia que el objetivo es la creación de un «Gran Israel» que se extiende más allá de las fronteras históricas de Palestina.
La política de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha exacerbado esta situación. Wahed menciona que Trump, en su campaña electoral, prometió resolver el conflicto en 24 horas, pero en realidad ha perpetuado políticas que favorecen la ocupación y el genocidio. La ayuda humanitaria, que debería ser un derecho inalienable, se ha convertido en un tema de negociación, y la comunidad internacional ha mostrado una respuesta tibia ante las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo.
El embajador también destaca la importancia de la lucha pacífica y el derecho internacional como herramientas fundamentales para la Autoridad Nacional Palestina. Sin embargo, reconoce que la debilitación de esta autoridad, en parte por el silencio cómplice de la comunidad internacional, ha dificultado la defensa de los derechos palestinos. A pesar de esto, Wahed reafirma su compromiso con la lucha por la autodeterminación y la justicia, instando a la comunidad internacional a actuar con responsabilidad y coherencia.
### La Democracia en Palestina
Un aspecto crucial que Wahed aborda es la percepción de la democracia en Palestina. A pesar de que muchos en Occidente consideran a Israel como la única democracia en Oriente Medio, el embajador argumenta que esta afirmación es engañosa. La democracia no puede coexistir con el genocidio y el apartheid, y la narrativa occidental a menudo ignora la diversidad política y social que existe en Palestina.
Wahed sostiene que el pueblo palestino es heterogéneo y que, aunque hay opositores y simpatizantes de la Autoridad Nacional Palestina, la democracia debe ser incondicional. Esto incluye la disposición a aceptar los resultados de elecciones, incluso si no son favorables. La experiencia de 2006, cuando Hamás ganó las elecciones, es un recordatorio de cómo la comunidad internacional ha castigado a los palestinos por ejercer su derecho democrático.
El embajador concluye que la lucha por la democracia en Palestina es una lucha por la justicia y la dignidad humana. A medida que la comunidad internacional enfrenta desafíos globales, es fundamental que no se olvide de la causa palestina, que sigue siendo central para la estabilidad y la paz en la región. La voz de Palestina, representada por figuras como Husni Abdel Wahed, es un llamado a la acción y a la reflexión sobre las responsabilidades compartidas en la búsqueda de un futuro más justo y equitativo para todos.