La historia del aborto en España ha estado marcada por la lucha de las mujeres por sus derechos reproductivos, un camino lleno de obstáculos y desafíos. En este contexto, la ciudad de Málaga se convierte en un punto clave en la narrativa de la interrupción voluntaria del embarazo, especialmente durante las décadas de los 70 y 80, cuando muchas mujeres se vieron obligadas a buscar ayuda en el extranjero, particularmente en Londres. Este artículo explora la historia de aquellas mujeres y las redes de apoyo que surgieron en Málaga para facilitar su acceso a servicios de aborto seguros y legales.
La Librería de Mujeres: Un refugio en tiempos difíciles
En los años 80, Málaga vio nacer la Librería de Mujeres, un espacio que se convirtió en mucho más que un simple punto de venta de literatura feminista. Este lugar se transformó en un refugio para mujeres que buscaban información sobre sexualidad, planificación familiar y, en muchos casos, apoyo para interrumpir un embarazo no deseado. Las activistas que gestionaban la librería estaban conectadas con grupos de apoyo en Londres, lo que les permitía ofrecer asistencia a aquellas que necesitaban viajar al Reino Unido para abortar.
Carmen Martín y Carmen Pérez Pinto, dos figuras emblemáticas del feminismo en Málaga, recuerdan cómo funcionaba esta red de apoyo. «Cuando una mujer entraba a la librería y comenzaba a hojear libros, sabíamos que estaba buscando ayuda. La discreción era fundamental; la llevábamos a un espacio privado donde podía hablar sin miedo a ser juzgada», explica Pérez Pinto. Este tipo de apoyo era crucial en una época en la que el aborto era un tema tabú y las opciones eran limitadas.
Las mujeres que acudían a la librería a menudo provenían de contextos desfavorecidos, y muchas de ellas no tenían los recursos necesarios para afrontar el viaje a Londres. Por ello, las activistas organizaban colectas para cubrir los gastos de los vuelos y las clínicas. «No hacíamos preguntas, solo queríamos ayudar. Preguntábamos de cuánto tiempo estaba y a partir de ahí, intentábamos ser rápidas en la gestión de su viaje», añade Martín.
El contexto legal del aborto en España
La primera ley sobre la interrupción del embarazo en España se aprobó en 1985, pero estaba limitada a tres supuestos: riesgo para la vida o salud de la mujer, violación o malformaciones en el feto. Aunque este avance fue significativo, muchas feministas consideraron que la ley era insuficiente y continuaron luchando por un aborto libre y gratuito. En 2010, se aprobó una nueva ley que permitía a las mujeres abortar hasta la semana 14 de gestación, pero aún existían lagunas en su implementación, y en algunas provincias, el acceso a servicios de aborto seguía siendo complicado.
Las activistas malagueñas no solo se limitaron a ayudar a las mujeres a viajar a Londres. También se involucraron en la defensa de los derechos de las mujeres en España, organizando manifestaciones y creando conciencia sobre la necesidad de un acceso seguro y legal al aborto. A pesar de los avances, el camino ha estado lleno de retrocesos, como el intento de reforma de 2014 que buscaba restringir aún más el acceso al aborto, lo que llevó a una nueva ola de movilización feminista.
La red de apoyo en Londres: SWASG
Mientras tanto, en Londres, se formó el Grupo de Apoyo sobre el Aborto para Mujeres Españolas (SWASG), que se dedicó a ayudar a las mujeres que llegaban desde España. Isabel Ros, una de las voluntarias de esta organización, recuerda cómo se organizaban para atender a las mujeres que llegaban a la ciudad. «Nos asegurábamos de que tuvieran un lugar donde quedarse, las acompañábamos a las clínicas y les brindábamos apoyo emocional. Sabíamos que muchas de ellas estaban solas y necesitaban alguien en quien confiar», comenta Ros.
La labor de SWASG fue fundamental para garantizar que las mujeres españolas pudieran acceder a servicios de aborto de manera segura. A pesar de las barreras lingüísticas y culturales, las voluntarias estaban dispuestas a hacer lo que fuera necesario para ayudar. «No solo se trataba de facilitar un aborto, sino de ofrecer un espacio seguro y comprensivo para estas mujeres en un momento tan difícil», añade Ros.
El impacto de la lucha feminista
La historia de las mujeres que viajaron de Málaga a Londres para abortar es un testimonio del poder de la solidaridad y la resistencia. A través de la Librería de Mujeres y grupos como SWASG, se formaron redes de apoyo que desafiaron las normas sociales y legales de la época. A pesar de los avances en la legislación, las feministas continúan luchando por un acceso pleno y sin restricciones al aborto en España.
Hoy en día, el legado de estas mujeres y sus luchas sigue presente. La necesidad de garantizar que todas las mujeres tengan acceso a servicios de salud reproductiva seguros y gratuitos es más relevante que nunca. La historia de Málaga y Londres es un recordatorio de que la lucha por los derechos reproductivos es un viaje continuo, que requiere compromiso y solidaridad entre generaciones.