La reciente aprobación de Israel para ocupar la ciudad de Gaza ha generado un gran revuelo en el ámbito internacional. Este movimiento se produce en un contexto donde la administración de Donald Trump, durante su mandato, sentó las bases para que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pudiera llevar a cabo una campaña militar en la región. La relación entre ambos líderes ha sido clave para entender la evolución de la situación en Gaza, donde la intervención militar parece cada vez más inevitable.
La historia de esta ocupación comienza el 4 de febrero de 2025, cuando Trump recibió a Netanyahu en la Casa Blanca. En esta reunión, el presidente estadounidense sugirió que Estados Unidos podría tomar «el control de Gaza», un comentario que fue interpretado como una luz verde para que Israel implementara sus planes de ocupación. La idea de convertir la Franja en un resort turístico, similar a los de la Riviera Maya, fue un concepto que Trump lanzó como parte de su visión para la región, aunque hasta el momento no se ha concretado.
A pesar de que Joe Biden ha sido considerado un presidente proisraelí, la complicidad de Estados Unidos con Netanyahu ha alcanzado niveles sin precedentes durante la administración Trump. En su primera reunión oficial, Trump describió Gaza como «un lugar desafortunado», ignorando el contexto de violencia y sufrimiento que enfrenta la población palestina. Esta narrativa ha permitido que la ocupación militar se presente como una solución lógica a los problemas de la región.
### La Normalización de la Violencia y el Papel de Estados Unidos
Uno de los aspectos más preocupantes de esta situación es cómo se ha normalizado la violencia en Gaza. La administración Trump no solo apoyó la ocupación militar, sino que también facilitó la ruptura de un alto el fuego que había sido acordado previamente. En marzo de 2025, Israel bombardeó Gaza, un ataque que fue respaldado por Washington. La portavoz de la Casa Blanca en ese momento, Karoline Leavitt, confirmó que la administración Trump había sido consultada sobre los ataques, lo que demuestra la complicidad de Estados Unidos en la escalada de la violencia.
Trump, en su estilo característico, no dudó en amenazar a la población de Gaza. En un mensaje en Truth Social, advirtió a los gazatíes que su futuro dependía de la liberación de rehenes, utilizando un lenguaje que evocaba un sentido de fatalidad. Este tipo de retórica ha contribuido a crear un ambiente donde la violencia se percibe como una respuesta aceptable a los desafíos que enfrenta Israel.
Además, la administración Trump buscó activamente reubicar a los palestinos que pudieran ser expulsados de Gaza. Presionó a países vecinos como Egipto y Jordania para que aceptaran a los palestinos desplazados, amenazando con retener la ayuda exterior si no cumplían. Esta estrategia refleja una falta de consideración por los derechos humanos y la dignidad de la población palestina, que ha sido históricamente marginada en el contexto del conflicto.
### La Escalada Militar y sus Consecuencias
La ocupación militar de Gaza no solo representa un cambio en la política israelí, sino que también plantea serias preocupaciones sobre las consecuencias a largo plazo para la región. La escalada militar ha llevado a un aumento de las tensiones no solo entre Israel y Palestina, sino también en el ámbito internacional. La ONU ha expresado su preocupación por la situación, instando a frenar la ocupación total de Gaza y advirtiendo sobre las implicaciones humanitarias de esta acción.
La reciente visita de Netanyahu a Washington, donde propuso a Trump para el premio Nobel de la Paz, subraya la complejidad de la situación. Ambos líderes discutieron los avances en las negociaciones para un nuevo alto el fuego, pero la realidad es que cualquier acuerdo que no aborde las raíces del conflicto y la situación de los palestinos es poco probable que tenga éxito. La seguridad de Israel, tal como la conciben Netanyahu y Trump, parece estar intrínsecamente ligada a la eliminación de la población palestina, lo que plantea un dilema moral y ético significativo.
La ocupación de Gaza, impulsada por la complicidad de Estados Unidos y la retórica agresiva de Trump, ha creado un escenario donde la paz parece cada vez más lejana. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos, mientras que la población de Gaza enfrenta un futuro incierto y lleno de desafíos. La historia de esta ocupación es un recordatorio de cómo las decisiones políticas pueden tener repercusiones devastadoras en la vida de millones de personas.
