El Alzheimer, una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes, afecta a un número significativo de personas en Málaga, con estimaciones que indican que entre 15.000 y 20.000 malagueños padecen esta condición. Sin embargo, un alarmante porcentaje de estos casos permanece sin diagnosticar, lo que plantea un desafío crítico para la salud pública. La detección temprana se ha convertido en un aspecto fundamental para acceder a tratamientos innovadores que pueden prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
### La Realidad del Diagnóstico del Alzheimer
La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha señalado que más del 50% de los casos leves de Alzheimer no son diagnosticados, y el tiempo promedio entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico puede superar los dos años. Este retraso es preocupante, ya que la intervención temprana puede marcar una diferencia significativa en el curso de la enfermedad. Según el director científico del Instituto Andaluz de Neurociencia (IANEC), José María García-Alberca, la detección precoz es esencial para poder acceder a nuevos fármacos como lecanemab y donanemab, que están diseñados para ralentizar el avance del Alzheimer y aumentar la esperanza de vida de los pacientes entre tres y cinco años.
El Alzheimer está estrechamente relacionado con el envejecimiento, afectando principalmente a personas mayores de 65 años. Con el envejecimiento de la población española, se prevé un aumento en los casos de demencia, siendo el Alzheimer la forma más común. La doctora Raquel Sánchez del Valle, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, enfatiza que la detección temprana, la ralentización de la enfermedad y la prevención deben ser prioridades en la lucha contra esta patología.
Uno de los principales obstáculos para el diagnóstico temprano es el infradiagnóstico, que afecta entre el 30% y el 50% de las personas con demencia. Muchas veces, los síntomas iniciales son atribuidos a la edad o a despistes, lo que lleva a las familias a minimizar la situación. Además, los signos del Alzheimer pueden confundirse con los de otras demencias, complicando aún más el diagnóstico. García-Alberca menciona que, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el 75% de los casos leves estaban infradiagnosticados, esta cifra ha disminuido a poco más del 50% en la actualidad.
### Avances en el Diagnóstico y Tratamiento
La detección temprana del Alzheimer ha avanzado significativamente gracias a nuevas técnicas diagnósticas. Actualmente, se pueden utilizar biomarcadores en sangre para identificar la presencia de proteínas asociadas con la enfermedad, como la beta-amiloide y la tau. Un simple análisis de sangre puede proporcionar información valiosa sobre el riesgo de desarrollar Alzheimer en el futuro, lo que es especialmente relevante para aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad.
El diagnóstico precoz no solo permite el inicio de tratamientos específicos, sino que también facilita el acceso a medidas de apoyo social y económico, así como una planificación adecuada para el futuro. La doctora Sánchez del Valle destaca que un diagnóstico preciso y temprano puede ofrecer innumerables beneficios tanto a los pacientes como a sus familias y cuidadores. Además, García-Alberca resalta que la intervención temprana puede mejorar la sintomatología clínica y permitir a los pacientes tomar decisiones sobre su vida y su tratamiento.
Los nuevos fármacos, como lecanemab y donanemab, han sido recomendados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para su uso en fases iniciales de la enfermedad. Estos medicamentos se administran por vía intravenosa y actúan eliminando los depósitos anormales de proteínas en el cerebro, que son responsables de la destrucción de neuronas. Si se diagnostica en la fase silente, estos tratamientos pueden incluso revertir algunos síntomas y retrasar la aparición de la enfermedad en personas mayores.
La evaluación neuropsicológica sigue siendo una herramienta clave en el diagnóstico del Alzheimer. Esta evaluación incluye pruebas que miden funciones cognitivas como el cálculo y la orientación. Si los resultados son negativos, se pueden realizar pruebas de neuroimagen, como resonancias magnéticas, para detectar atrofia en el hipocampo, una estructura cerebral relacionada con la memoria. Además, se están implementando técnicas avanzadas de imagen, como el PET tau y el PET amiloide, que permiten determinar la presencia de proteínas asociadas con el Alzheimer en el cerebro.
A pesar de estos avances, existen barreras significativas para el diagnóstico temprano en Andalucía. Expertos han señalado que la falta de tiempo en las consultas, la escasa formación de los profesionales de Atención Primaria y la limitada coordinación entre niveles asistenciales son obstáculos que deben superarse. La SEN está trabajando en proyectos para abordar estos problemas y mejorar el diagnóstico y tratamiento del Alzheimer en España.
La detección temprana del Alzheimer no solo es crucial para el tratamiento efectivo de la enfermedad, sino que también tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Con el avance de la ciencia y la tecnología, hay esperanza de que más personas puedan recibir un diagnóstico adecuado y acceder a tratamientos que mejoren su calidad de vida.