La reciente controversia entre la Iglesia Católica y el partido Vox ha puesto de manifiesto las tensiones existentes en torno a la xenofobia y la identidad cristiana en España. En un contexto donde la migración se ha convertido en un tema candente, las declaraciones de líderes religiosos han desafiado las posturas de la ultraderecha, generando un debate que trasciende la política y toca las fibras más profundas de la ética y la moral cristiana.
La polémica se intensificó tras la prohibición de celebraciones religiosas musulmanas en Jumilla, donde el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, afirmó que «un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano». Esta declaración resonó en un momento en que Vox, liderado por Santiago Abascal, ha adoptado una postura cada vez más dura contra la inmigración y las prácticas religiosas no cristianas. La prohibición de celebrar el fin del Ramadán en instalaciones públicas fue vista como un triunfo de la ultraderecha, lo que llevó a la Conferencia Episcopal a defender la libertad religiosa y a criticar las restricciones impuestas por el Ayuntamiento.
### La Respuesta de la Iglesia
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, también se pronunció sobre el tema, subrayando que «la migración siempre trae consigo retos que deben afrontarse con una visión de Estado». Cobo enfatizó que la llegada de migrantes no debe ser vista como un problema, sino como una oportunidad para enriquecer la sociedad española. Su mensaje se alinea con la Doctrina Social de la Iglesia, que aboga por la dignidad humana y el bien común, y contrasta con la retórica de Vox, que a menudo se basa en el miedo y la exclusión.
El teólogo Juan José Tamayo fue aún más contundente al afirmar que «no pueden calificarse católicos quienes muestran actitudes racistas, xenófobas, aporófobas e islamófobas». Esta crítica directa a la ideología de Vox pone de relieve la complejidad de la relación entre la Iglesia y la política en España. Mientras algunos obispos defienden la inclusión y la solidaridad, otros, como el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, han adoptado un enfoque más crítico, cuestionando la reciprocidad de las comunidades musulmanas en relación con los cristianos.
### La Visión de Europa Laica
Desde una perspectiva laica, José Antonio Naz, presidente de Europa Laica, argumenta que solo un Estado laico puede garantizar la convivencia democrática y actuar como un dique contra el racismo y la xenofobia. Según Naz, las declaraciones de la Conferencia Episcopal no son un acto de solidaridad genuina, sino una forma de afianzar los privilegios de la Iglesia en un contexto donde la diversidad religiosa es cada vez más evidente. Esta crítica resuena en un país donde el 40% de la población se declara no religiosa, lo que plantea preguntas sobre la relevancia de la Iglesia en la esfera pública.
La tensión entre la Iglesia y Vox se intensificó cuando Abascal respondió a las críticas de los obispos, sugiriendo que su postura podría estar influenciada por los ingresos públicos que recibe la Iglesia. Esta acusación no solo busca deslegitimar las declaraciones de los obispos, sino que también refleja la complejidad de las relaciones entre la política y la religión en España. La jerarquía católica, aunque intenta mantener una posición moderada, se enfrenta a la presión de sus bases más conservadoras, que a menudo se alinean con las posturas de Vox.
### La Iglesia en la Encrucijada
El sociólogo Fernando Vidal ha señalado que la Iglesia Católica en España se encuentra en una encrucijada. Por un lado, enfrenta el crecimiento del integrismo y, por otro, la necesidad de adaptarse a una sociedad cada vez más plural. La disminución de la práctica religiosa ha llevado a la Iglesia a buscar nuevas formas de relevancia social, lo que se traduce en un aumento de su obra social y en la atención a los más necesitados a través de organizaciones como Cáritas.
A pesar de la disminución de su base de fieles, la Iglesia sigue siendo una de las principales organizaciones de la sociedad civil en España. Según Vidal, la obra social de la Iglesia ha crecido significativamente en los últimos años, atendiendo a millones de personas en situación de vulnerabilidad. Este crecimiento contrasta con la retórica de Vox, que a menudo critica a la Iglesia por su supuesta complicidad con la inmigración.
La relación entre la Iglesia y Vox es, por tanto, compleja y multifacética. Mientras que algunos sectores de la Iglesia buscan promover un mensaje de inclusión y solidaridad, otros se ven arrastrados por la polarización política y la retórica de la ultraderecha. Esta dinámica no solo afecta a la política española, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre la identidad nacional y los valores que deberían guiar a la sociedad en su conjunto. En un momento en que la xenofobia y el racismo están en aumento, el papel de la Iglesia como defensora de la dignidad humana y la convivencia pacífica es más crucial que nunca.
