La Feria de Málaga es un evento emblemático que atrae a miles de visitantes cada año, pero también es un tema de debate constante entre los ciudadanos y las autoridades. Teresa Porras, concejala de Servicios Operativos y Fiestas, ha compartido su perspectiva sobre la situación actual de la feria, destacando la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre su futuro.
**La Logística de la Feria: Un Desafío Constante**
La organización de la Feria de Málaga no es tarea sencilla. Según Porras, el Real, donde se lleva a cabo la feria, consume aproximadamente la misma cantidad de electricidad que la ciudad de Toledo. Esta cifra ilustra la magnitud del evento y los retos logísticos que implica. Con 25 años de experiencia en la gestión de fiestas, Porras ha aprendido a manejar la presión que conlleva la preparación de este evento. «Cuando encendemos el alumbrado y veo que todo funciona, me quedo más tranquila», comenta, reflejando la ansiedad que siente antes del inicio de la feria.
Uno de los puntos más controvertidos es la duración de la música en el casco antiguo. Este año, la música se cortará a las seis de la tarde, una decisión que ha generado críticas. Porras argumenta que esta medida es necesaria para garantizar la seguridad y la limpieza del evento. «Si aumento una hora más, ya estamos causando problemas, tanto en un lado como en el otro», explica, enfatizando que la seguridad es la prioridad número uno.
**El Futuro de la Feria del Centro**
La Feria del Centro es una parte integral de la identidad de Málaga, pero su futuro ha sido objeto de especulación. Porras asegura que el Ayuntamiento nunca ha considerado eliminar esta feria, y que cualquier decisión al respecto dependerá de los ciudadanos. «Cuando el ciudadano no quiera ir a la feria del Centro… pues no lo sé», dice, dejando claro que la voz del pueblo es fundamental en este asunto.
El debate entre la Feria del Real y la del Centro ha sido intenso. Porras sostiene que ambos espacios ofrecen experiencias diferentes y que es posible disfrutar de ambos. Sin embargo, la percepción de que la feria del Centro está siendo estrangulada para no perturbar a los turistas ha generado descontento entre algunos malagueños. La concejala defiende que la demanda de cenas y la experiencia gastronómica son igualmente importantes y que el Ayuntamiento está comprometido a mantener ambas ferias.
La programación musical también ha sido objeto de críticas. Porras reconoce que falta ambición en la oferta de conciertos, pero explica que la contratación de artistas de renombre implica costos que no siempre pueden ser cubiertos. «A lo mejor, el año que viene o en dos, nos falta poner ticket y quien quiera ir al concierto, que lo pague», sugiere, abriendo la puerta a nuevas posibilidades para mejorar la oferta musical.
**La Identidad de la Feria y la Participación Ciudadana**
La Feria de Málaga es más que un evento; es una celebración de la cultura y la identidad local. Porras enfatiza que la feria debe ser inclusiva y accesible para todos. «La gente se lo pasa divinamente. Cada vez tienen más caché las casetas y yo no tengo nada negativo que decir de la feria», afirma, defendiendo la calidad del evento.
Sin embargo, la concejala también es consciente de las críticas y la necesidad de adaptarse a los tiempos modernos. La vestimenta y el comportamiento en la feria son temas que generan debate. Porras sugiere que los asistentes deben vestirse de manera acorde al evento, pero también reconoce que las recomendaciones sobre vestimenta pueden ser vistas como anticuadas. «Ir a una feria en bañador y en chanclas no me parece lógico», dice, subrayando la importancia de mantener ciertas normas de etiqueta.
La concejala también se muestra abierta a la crítica y a la evolución. «Lo que te voy a decir es que todo el mundo me conoce de hace muchos años. Yo soy yo. Todo el mundo sabe que no voy a mentir, que voy de frente y que me gusta ser sincera», afirma, destacando su compromiso con la transparencia y la honestidad en su gestión.
En un momento en que la feria enfrenta desafíos y críticas, la voz de los ciudadanos se vuelve más importante que nunca. Porras invita a todos a participar en el debate sobre el futuro de la feria, asegurando que las decisiones se tomarán en función de lo que la comunidad desee. La Feria de Málaga, con su rica historia y su vibrante cultura, sigue siendo un símbolo de la ciudad, y su futuro dependerá de la voluntad de sus ciudadanos.