La situación en Gaza se ha vuelto insostenible para las mujeres embarazadas, quienes enfrentan un entorno de violencia y escasez de recursos que pone en riesgo no solo su vida, sino también la de sus recién nacidos. Bajo el asedio sistemático del Gobierno de Netanyahu, las madres palestinas viven en un estado constante de incertidumbre, donde el simple acto de dar a luz se convierte en una experiencia aterradora. La falta de acceso a atención médica adecuada, medicamentos y condiciones mínimas de higiene ha llevado a un aumento alarmante en la mortalidad neonatal. Según la UNFPA, cerca de 50,000 mujeres embarazadas en Gaza están en peligro, y la situación se agrava con cada día que pasa.
Las enfermeras y matronas que trabajan en la región, como Ruth Conde y Flor Francisconi, han sido testigos de la devastación que el conflicto ha causado en la salud materna. Conde, quien ha estado en Gaza en varias ocasiones, describe el parto como un «riesgo». Las mujeres embarazadas se ven obligadas a desplazarse de un refugio a otro, a menudo sin acceso a alimentos o agua potable. La escasez de suministros médicos es crítica; los hospitales están desbordados y carecen de lo más básico, como anestésicos y material para realizar cesáreas de forma segura. La situación es tan grave que muchas madres se ven obligadas a dar a luz en condiciones inadecuadas, a menudo sin una sábana limpia sobre la que tumbarse.
### La Escasez de Recursos y su Impacto en la Salud Materna
La precariedad en la que viven las mujeres embarazadas en Gaza es alarmante. Los hospitales, como el Al Naser en Jan Yunis, son algunos de los pocos que siguen funcionando, pero su capacidad está completamente saturada. Las mujeres que dan a luz son dadas de alta a las pocas horas, muchas veces sin recibir la atención postparto necesaria. La falta de recursos no solo afecta a las madres, sino también a los recién nacidos, quienes enfrentan un alto riesgo de complicaciones debido a la falta de incubadoras y mantas térmicas. La desnutrición de las madres durante el embarazo también repercute en la salud de sus bebés, complicando aún más la situación.
La comunidad juega un papel crucial en este contexto. Las mujeres se apoyan mutuamente, compartiendo alimentos y recursos limitados. Médicos Sin Fronteras ha trabajado para crear espacios seguros y de apoyo a la lactancia, donde matronas y psicólogas ayudan a las madres a enfrentar la dura realidad de criar a sus hijos en medio de un conflicto. Sin embargo, el estrés y la ansiedad son constantes, y muchas mujeres sufren de problemas de salud mental debido a la situación. La necesidad de apoyo psicológico es urgente, especialmente para aquellas que han perdido a sus hijos o que han dado a luz en condiciones extremas.
### El Testimonio de las Trabajadoras de la Salud
Las experiencias de las trabajadoras de la salud en Gaza son desgarradoras. Flor Francisconi, quien llegó a Gaza como matrona, describe cómo las mujeres que llegan a dar a luz están visiblemente agotadas y traumatizadas. La constante amenaza de bombardeos y la pérdida de seres queridos han creado un ambiente de miedo y desesperanza. La atención médica se ve comprometida por la falta de insumos y la necesidad de reorganizar constantemente los servicios debido a la llegada masiva de pacientes. Las historias de mujeres que han perdido a sus hijos en el parto o que han tenido que esperar años para concebir solo para dar a luz en medio de una guerra son comunes.
El cirujano estadounidense Feroze Sidhwa, quien ha trabajado en Gaza, ha documentado la devastación que ha presenciado. Ha atendido a mujeres embarazadas con lesiones graves y ha visto cómo los recién nacidos mueren por la falta de suministros médicos básicos. La crisis no solo es física, sino también psicológica, con un alto número de niños en Gaza que presentan tendencias suicidas debido al trauma que han vivido. La realidad es tan dura que muchos padres memorizan la ropa de sus hijos por si tienen que identificarlos en caso de una tragedia.
La situación en Gaza es un recordatorio escalofriante de las consecuencias del conflicto en la vida cotidiana de las personas, especialmente en la salud materna y neonatal. Las mujeres embarazadas enfrentan un viaje de desesperanza y supervivencia, donde cada día es una lucha por la vida en medio de la violencia y la escasez. La comunidad internacional debe prestar atención a esta crisis humanitaria y actuar para aliviar el sufrimiento de quienes más lo necesitan.
