El debate sobre la lengua en el País Valencià ha cobrado una nueva dimensión en los últimos tiempos, especialmente con la reactivación de tensiones históricas entre el Partido Popular (PP) y Vox. La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), un ente normativo creado para regular y promover el valenciano, se encuentra en el centro de esta disputa. La estrategia de ambos partidos se ha centrado en deslegitimar la AVL y en promover un discurso anticatalanista que busca dividir a la sociedad valenciana.
### Estrategias de Deslegitimación y Recortes Presupuestarios
La reciente declaración de José María Llanos, portavoz de Vox en las Corts valencianas, sobre «estrangular» la AVL, ha dejado claro el objetivo de su partido: debilitar la institución que defiende la lengua propia de los valencianos. Este ataque no es aislado; se enmarca dentro de un contexto más amplio donde el PP, bajo la dirección de Carlos Mazón, ha adoptado una serie de medidas que buscan reducir la presencia del valenciano en la educación y en la vida pública.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta estrategia es la reducción de fondos destinados a la promoción del valenciano. En los presupuestos pactados entre el PP y Vox, se han eliminado casi todas las referencias a la cultura y a la lengua valenciana. Esto no solo afecta a la AVL, sino que también pone en riesgo el autogobierno de la comunidad, ya que la institución tiene un rango estatutario desde su reforma en 2006. La AVL ha denunciado estos recortes ante la justicia, argumentando que comprometen su funcionamiento y, por ende, la promoción de la lengua.
Además de los recortes, el PP y Vox han lanzado una campaña de deslegitimación de la AVL, cuestionando su autoridad y su papel en la normalización del valenciano. Este ataque sistemático recuerda a épocas pasadas en las que el anticatalanismo era utilizado como herramienta política para movilizar a la base electoral de la derecha valenciana. En este sentido, el discurso anticatalanista ha sido un recurso recurrente que ha servido para desviar la atención de otros problemas, como la gestión de desastres naturales o la crisis económica.
### La Educación como Campo de Batalla Lingüística
Uno de los frentes más visibles de esta guerra lingüística se encuentra en el ámbito educativo. La ley de «libertad educativa» impulsada por el gobierno de PP y Vox busca desmantelar el modelo de inmersión lingüística en valenciano que ha estado vigente en la comunidad. Esta ley permite que sean las familias las que decidan si sus hijos recibirán educación en valenciano o en castellano, lo que, según expertos en pedagogía, podría llevar a una disminución en el dominio del valenciano entre los estudiantes.
La consulta realizada entre las familias sobre el idioma de enseñanza ha arrojado resultados inesperados para el gobierno. A pesar de las expectativas de que el castellano sería elegido como lengua base, la mayoría de las familias optaron por el valenciano. Este resultado ha llevado a que algunos centros educativos ignoren los resultados de la consulta, lo que ha generado un clima de tensión y desconfianza entre las familias y las instituciones educativas.
En ciudades como Alacant, donde el castellano es predominante, el PP ha impulsado iniciativas para que la ciudad sea considerada exclusivamente castellanoparlante. Esta medida ha generado divisiones dentro del propio partido, ya que algunos miembros han expresado su desacuerdo con la castellanización de la ciudad. La situación se complica aún más con la propuesta de cambiar el topónimo oficial de València a Valéncia, lo que ha suscitado un intenso debate sobre la identidad lingüística y cultural de la región.
La batalla por la lengua en el País Valencià no solo se limita a la educación y a la administración pública; también afecta a la percepción social del valenciano. La retórica utilizada por el PP y Vox ha llevado a que muchas personas asocien el uso del valenciano con el catalanismo, lo que ha contribuido a estigmatizar la lengua y a debilitar su uso en la vida cotidiana.
En este contexto, la figura de Vicente Mompó, un político del PP que ha defendido el uso del valenciano en su vida diaria, se presenta como un caso curioso. A pesar de su posición en un partido que ha adoptado un discurso anticatalanista, Mompó ha intentado posicionarse como un defensor del valenciano «del pueblo», lo que ha generado tensiones dentro de su propio partido y ha sido objeto de críticas por parte de Vox.
La situación actual en el País Valencià refleja un conflicto más amplio sobre la identidad y la lengua que va más allá de la política. La lucha por el valenciano es, en última instancia, una lucha por el reconocimiento y la dignidad de una lengua que ha sido históricamente marginada. A medida que el debate se intensifica, queda por ver cómo se desarrollarán los acontecimientos y qué impacto tendrán en la sociedad valenciana en su conjunto.