La reciente ola de incendios en Galicia ha desatado un torrente de reacciones políticas y mediáticas que ponen de manifiesto la polarización del debate sobre el cambio climático en España. Mientras las llamas devoran hectáreas de bosque y obligan a miles de personas a evacuar sus hogares, un sector de la política y los medios de comunicación ha intensificado su estrategia de desinformación, cuestionando la realidad del calentamiento global y buscando culpables en las políticas ambientales y en iniciativas como la Agenda 2030.
**La Estrategia de Desinformación**
El 15 de agosto, en medio de la crisis de incendios, varios líderes de la derecha española comenzaron a difundir narrativas que desvían la atención de las causas reales de los incendios. Javier Ortega Smith, portavoz de Vox, atribuyó la situación al «fanatismo climático» y a la Agenda 2030, sugiriendo que las regulaciones ambientales han restringido prácticas agrícolas y ganaderas que históricamente han sido efectivas en la prevención de incendios. Esta afirmación, sin embargo, carece de fundamento, ya que no existen normas que prohíban el pastoreo o la construcción de cortafuegos en España.
Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, suspendió sus vacaciones para visitar Ourense y culpar al Gobierno de no haber activado a tiempo los dispositivos de vigilancia. Feijóo también recurrió al término «terrorismo incendiario», un concepto que ha utilizado en el pasado para desviar la atención de las críticas sobre su gestión en materia forestal. Sin embargo, datos de la Guardia Civil indican que menos del 24% de los incendios son intencionados, lo que contradice la narrativa de que existe una trama organizada detrás de estos desastres.
**El Papel de los Medios y las Redes Sociales**
La desinformación no solo proviene de los políticos. Los medios de comunicación y las redes sociales han jugado un papel crucial en la difusión de estas narrativas. Personalidades como Iker Jiménez, conocido presentador de televisión, han cuestionado la relación entre los incendios y el cambio climático, afirmando que el clima siempre ha estado en cambio y desestimando las evidencias científicas. Este tipo de declaraciones, que minimizan la gravedad de la crisis climática, contribuyen a la confusión y al escepticismo entre la población.
Además, el discurso negacionista ha encontrado eco en diversas plataformas, donde se intercambian ideas que deslegitiman el trabajo de los ecologistas y las políticas de protección ambiental. La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, ha afirmado que las políticas de protección son un obstáculo para prevenir incendios, lo que refleja una tendencia más amplia dentro de la derecha a desestimar la ciencia en favor de una agenda política.
**La Respuesta de la Ciencia y la Sociedad**
Frente a esta ola de desinformación, la comunidad científica y diversos sectores de la sociedad civil han alzado la voz para reafirmar la importancia de abordar el cambio climático con seriedad. Investigadores como Alejo Pedregal han señalado que las causas de los incendios son estructurales y están relacionadas con el abandono del medio rural y la falta de atención a la gestión forestal. Pedregal advierte que la política española se ha convertido en una «estrategia de marketing» que fragmenta la verdad y desacredita las evidencias científicas.
El exeurodiputado Miguel Urbán ha destacado que el negacionismo climático ha evolucionado y se ha vuelto prominente en las guerras culturales de la extrema derecha, lo que plantea un desafío significativo para la sociedad. Según un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 18% de los jóvenes niega el cambio climático, lo que indica que la desinformación está teniendo un impacto real en la percepción pública.
**La Necesidad de un Debate Informado**
Es crucial que la sociedad mantenga un debate informado sobre el cambio climático y sus consecuencias. La manipulación de la información y la difusión de bulos no solo desvían la atención de las verdaderas causas de los incendios, sino que también obstaculizan la implementación de políticas efectivas para mitigar el cambio climático. La crisis ecológica requiere una respuesta unificada y basada en la evidencia, que priorice la protección del medio ambiente y la salud pública.
En este contexto, es fundamental que los ciudadanos se informen a través de fuentes confiables y que se fomente un diálogo constructivo que incluya a todos los sectores de la sociedad. Solo así se podrá enfrentar la crisis climática de manera efectiva y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.