El sector del aceite de oliva en Málaga ha enfrentado un nuevo desafío tras el reciente acuerdo arancelario entre Bruselas y Washington. Antonio Luque, presidente de Dcoop, ha expresado su alivio al afirmar que «podía haber sido susto o muerte y nos hemos quedado en susto». Este acuerdo, aunque no elimina los aranceles, proporciona una cierta estabilidad que permite a las empresas respirar un poco más tranquilas. Sin embargo, el impacto económico sigue siendo significativo, con un costo estimado de 45 millones de euros al año para las empresas malagueñas, según la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).
### Un Sector en Números
Las cifras son contundentes: en 2024, las exportaciones de Málaga a Estados Unidos alcanzaron los 308 millones de euros, de los cuales 221,9 millones correspondieron al aceite de oliva. Dcoop, uno de los principales actores del sector, espera que sus exportaciones se mantengan similares a las del año anterior, aunque la facturación podría verse afectada por la caída de los precios de la materia prima. Este panorama resalta la importancia del aceite de oliva en la economía malagueña, siendo el sector más perjudicado por los aranceles.
La CEM ha calculado que, hasta mayo de 2025, Málaga ha exportado bienes a Estados Unidos por un valor cercano a los 140 millones de euros, lo que representa una disminución del 13% en comparación con el mismo periodo del año anterior. A pesar de esta caída, el mercado estadounidense sigue siendo crucial, representando el 10% del total de las ventas al exterior de la provincia, que rondan los 1.400 millones de euros. Con estas proyecciones, se anticipa que el total de exportaciones al país norteamericano se eleve a alrededor de 300 millones de euros, manteniendo cifras similares a las de 2024.
### Diversificación y Nuevas Oportunidades
A pesar del impacto negativo de los aranceles en el aceite de oliva, otros sectores agrarios en Málaga parecen estar menos afectados. Por ejemplo, la producción de fruta tropical, como aguacates y mangos, no se ve significativamente impactada, ya que sus principales mercados son europeos. Sin embargo, la incertidumbre generada por los aranceles podría frenar el crecimiento de empresas que buscan expandirse en el mercado estadounidense. Víctor Luque, director general de Trops, ha señalado que aunque no exportan a Estados Unidos, la competencia de países como México, que sí se ven afectados por los aranceles, podría aumentar la presión sobre los precios en el mercado europeo.
En el sector cárnico, el impacto de los aranceles es prácticamente nulo, según Ramón Soler Ciurana, director de operaciones de Faccsa-Prolongo. Aunque las exportaciones de carne hacia Estados Unidos han crecido, la incertidumbre ha afectado las ventas de productos de alto valor añadido. Giuseppe Aloisio, director general de Anice, ha expresado su esperanza de que con reglas más claras, el sector pueda recuperar el ritmo de crecimiento que había mantenido en el mercado estadounidense.
Además de los productos alimentarios, Málaga también exporta otros bienes a Estados Unidos, como instrumentos automáticos para regulación y control, paneles fotovoltaicos y conjuntos electrónicos. Estas exportaciones diversificadas son cruciales para la economía local y demuestran la capacidad de adaptación de las empresas malagueñas ante los desafíos del comercio internacional.
El acuerdo arancelario, aunque no elimina los aranceles, ha sido valorado positivamente por la CEM, ya que reduce el riesgo de una guerra comercial prolongada. Javier González de Lara, presidente de la CEM, ha instado a las administraciones andaluzas y nacionales a reforzar su apoyo a la diversificación de mercados y a la promoción internacional de los productos andaluces. Esta estrategia es vital para mitigar los nuevos costos asociados a los aranceles y asegurar la competitividad de los productos malagueños en el mercado global.
En resumen, el sector del aceite de oliva en Málaga se enfrenta a un panorama complicado tras el acuerdo arancelario, pero la resiliencia de las empresas y la diversificación de sus mercados pueden ofrecer nuevas oportunidades para el crecimiento. A medida que las empresas se adaptan a las nuevas condiciones del mercado, la colaboración entre el sector privado y las administraciones públicas será fundamental para superar estos desafíos y asegurar un futuro próspero para la economía malagueña.