La reciente escalada del conflicto en Gaza ha llevado a Israel a buscar apoyo financiero en los principales centros financieros de la Unión Europea, específicamente en Irlanda y Luxemburgo. Este movimiento ha suscitado un intenso debate sobre la responsabilidad ética y legal de estos países en la financiación de las operaciones militares israelíes. A través de la emisión de bonos de la diáspora, Israel ha recaudado importantes sumas de dinero, lo que plantea serias interrogantes sobre el papel de Europa en el conflicto palestino-israelí.
### Bonos de la Diáspora: Un Instrumento Financiero Controversial
Desde 1951, Israel ha estado emitiendo bonos de la diáspora, un mecanismo que permite a las comunidades judías en todo el mundo contribuir financieramente al Estado hebreo. Estos bonos, que suelen tener un valor inferior a 1.000 euros, han demostrado ser una fuente significativa de ingresos, recaudando 2.410 millones de euros en 2024, según el informe anual del Ministerio de Finanzas israelí. Sin embargo, la utilización de estos bonos para financiar operaciones militares ha generado un fuerte rechazo internacional, especialmente en el contexto de la guerra en Gaza.
Para que Israel pueda vender estos bonos en la Unión Europea, necesita que un Estado miembro actúe como país de origen de la emisión. Hasta el Brexit, el Reino Unido desempeñaba este papel, pero desde 2021, Irlanda ha asumido esta responsabilidad. Recientemente, sin embargo, el Banco Central irlandés transfirió esta competencia a Luxemburgo, lo que ha llevado a un aumento de las protestas en ambos países. Las críticas se centran en que, al permitir la emisión de estos bonos, Luxemburgo se convierte en cómplice de los actos de violencia contra la población palestina.
La Comisión de Supervisión del Sector Financiero de Luxemburgo (CSSF) autorizó la emisión de los bonos el 1 de septiembre, lo que provocó una ola de manifestaciones tanto en las calles como en el Parlamento luxemburgués. Los partidos de la oposición han acusado al gobierno y al supervisor financiero de apoyar una política que, al mismo tiempo, condenan verbalmente. Esta contradicción ha llevado a un debate sobre la responsabilidad moral y legal de Luxemburgo en el contexto del conflicto.
### La Responsabilidad Internacional y el Debate Legal
Juristas de la organización Law for Palestine han argumentado que la acogida de los bonos israelíes en Luxemburgo podría convertir al país en cómplice de actos internacionales ilícitos. Según su análisis, la emisión de estos bonos constituye una forma de asistencia prohibida por las leyes internacionales, lo que activa la responsabilidad internacional de Luxemburgo. La organización sostiene que el país tiene la obligación de prevenir el genocidio, dado que ha firmado la Convención sobre el Genocidio y ha respaldado la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia que califica la ocupación de los territorios palestinos como ilegal.
La CSSF ha defendido su independencia, afirmando que su función es verificar que la información contenida en el folleto de emisión sea completa y coherente, sin entrar en el mérito de la oportunidad económica de la operación. Sin embargo, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel, ha reconocido que la aprobación de los bonos podría contribuir indirectamente a la financiación de la guerra en Gaza. Este reconocimiento ha llevado a un mayor escrutinio sobre la decisión de la CSSF y su impacto en la reputación internacional de Luxemburgo.
El debate se intensificó cuando una moción del Partido Socialista Obrero Luxemburgués (LSAP) para calificar las acciones de Israel en Gaza como crímenes de guerra fue rechazada en el Parlamento. Este rechazo ha sido interpretado como una falta de voluntad política para actuar en contra de las violaciones de derechos humanos que se están llevando a cabo en el conflicto.
La situación se complica aún más por el hecho de que Irlanda, que también ha reconocido el Estado de Palestina, ha delegado la aprobación de los bonos a Luxemburgo solo por un año, lo que significa que la situación podría cambiar nuevamente en 2026. Si Israel decide emitir bonos por un valor superior a 1.000 euros, podría elegir otro Estado miembro para colocar su folleto, lo que podría llevar a un nuevo ciclo de controversias.
La presión sobre Irlanda y Luxemburgo para que reconsideren su papel en la financiación de Israel ha aumentado, y muchos activistas y juristas argumentan que la negativa a actuar podría tener consecuencias legales para los países involucrados. La comunidad internacional observa de cerca cómo estos dos países manejan su relación con Israel y las implicaciones que esto tiene para la paz en la región y la protección de los derechos humanos.
A medida que la situación en Gaza continúa deteriorándose, la responsabilidad de los países europeos en la financiación de las operaciones militares israelíes se convierte en un tema cada vez más candente. La presión pública y las protestas en Irlanda y Luxemburgo son un reflejo de la creciente preocupación por el papel que juegan las instituciones financieras en la perpetuación del conflicto y la necesidad de una respuesta ética y legal adecuada.
