La oncología en España ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas, y uno de los nombres más destacados en este ámbito es el del oncólogo Emilio Alba. Tras más de 35 años al frente del Servicio de Oncología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, Alba ha decidido dar un paso al lado en su rol como jefe de servicio, aunque continuará su labor asistencial y académica. Su trayectoria ha sido un pilar fundamental en el avance de la oncología en Andalucía y en el país.
### Un Cambio en la Supervivencia del Cáncer
Durante su carrera, Emilio Alba ha sido testigo de un notable aumento en las tasas de supervivencia del cáncer. Cuando comenzó su andadura profesional, la tasa de supervivencia era del 30%, cifra que ha logrado duplicarse hasta alcanzar casi el 60% en la actualidad. Este avance no solo se debe a los tratamientos más efectivos, sino también a la confianza que ha logrado generar en los pacientes, quienes ahora prefieren recibir tratamiento en su ciudad natal en lugar de buscar atención en otros lugares.
Alba ha enfatizado la importancia de la investigación y la formación de nuevos médicos como parte de su legado. En su nuevo rol como director científico de la Fundación Centro de Investigación y Terapias Avanzadas del Cáncer (CITAC), se propone no solo mantener, sino también elevar estos estándares. La fundación, que combina esfuerzos públicos y privados, tiene como objetivo alcanzar una tasa de supervivencia del 70% para 2030, alineándose con las metas establecidas por la Unión Europea.
El oncólogo ha destacado que la confianza en la oncología pública en Málaga ha crecido significativamente. «Cuando llegué, muchos pacientes se iban fuera a tratarse, pero ahora la mayoría confía en cómo se hace aquí la oncología», ha declarado. Este cambio ha sido crucial para mejorar la calidad de vida de los pacientes y para fortalecer el sistema de salud pública en la región.
### La Fundación CITAC y el Futuro de la Investigación Oncológica
La Fundación CITAC, bajo la dirección de Emilio Alba, se ha convertido en un referente en la investigación oncológica en Andalucía. La fundación busca crear un ecosistema similar al de otras regiones de España, como Cataluña y Madrid, donde la colaboración entre universidades, hospitales y centros de investigación ha dado lugar a avances significativos en el campo de la oncología.
Uno de los aspectos más innovadores de CITAC es su enfoque en la inteligencia artificial (IA) para el desarrollo de nuevas terapias y tratamientos. Alba ha mencionado que el primer Comité Científico Externo de la fundación se celebrará en línea, con la participación de cinco científicos de renombre que orientarán los proyectos de investigación. Este enfoque busca no solo mejorar los tratamientos existentes, sino también explorar nuevas vías de investigación, como el estudio de la discordancia entre la edad biológica y la cronológica, un tema que podría tener implicaciones significativas en el tratamiento del cáncer.
Además, la estructura público-privada de CITAC permite una captación más ágil de fondos para la investigación, lo que es fundamental en un campo donde los recursos son limitados. Alba ha expresado su deseo de replicar el modelo de éxito de BIOCAT en Cataluña, donde se ha logrado crear un ecosistema robusto que atrae a empresas farmacéuticas y de diagnóstico, vitales para el avance en la investigación oncológica.
La trayectoria de Emilio Alba no solo se limita a su labor en el hospital y en la fundación. Su compromiso con la educación es igualmente notable. Como vicepresidente del Colegio de Médicos y director del Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES) de la Universidad de Málaga, ha estado involucrado en la formación de nuevas generaciones de médicos, asegurando que el legado de la oncología en Andalucía continúe.
Emilio Alba ha dejado una huella imborrable en la oncología española. Su dedicación y pasión por la investigación y la atención al paciente han contribuido a mejorar la vida de miles de personas. Aunque su etapa como jefe de servicio ha llegado a su fin, su compromiso con la oncología y la formación de futuros médicos sigue intacto. La comunidad médica y los pacientes pueden estar seguros de que, aunque cambie de rol, su influencia y su legado perdurarán en el tiempo.
