La crisis de la vivienda en España ha suscitado un intenso debate sobre los beneficios fiscales que se otorgan a los propietarios y arrendadores. En un contexto donde los precios de la vivienda alcanzan niveles alarmantes, muchos expertos argumentan que estas desgravaciones fiscales favorecen a los más ricos y contribuyen a la especulación en el mercado inmobiliario. Este artículo explora las implicaciones de estas políticas fiscales y las diferentes posturas que emergen en torno a la solución de la crisis habitacional.
### Beneficios Fiscales y Desigualdad
El economista Jaime Palomera, en su reciente obra «El secuestro de la vivienda», critica abiertamente el sistema fiscal actual, que considera un facilitador de la desigualdad. Según Palomera, las desgravaciones fiscales en el sector de la vivienda benefician principalmente a los arrendadores de altos ingresos, mientras que los trabajadores comunes deben tributar sobre el 100% de sus salarios. Esta disparidad genera un sistema donde los propietarios de inmuebles disfrutan de ventajas fiscales que no están al alcance de la mayoría de la población.
Por ejemplo, los arrendadores solo tributan sobre el 50% de sus ingresos por alquiler, una medida que fue implementada en 2003. Además, existen bonificaciones adicionales que pueden llegar hasta el 90% en ciertos casos, como cuando se alquila a jóvenes o se realizan obras de rehabilitación. Estas políticas, según Palomera, no solo benefician a los propietarios, sino que también alimentan un ciclo de especulación que encarece aún más el acceso a la vivienda.
Las Socimi, sociedades que operan en el mercado inmobiliario, también se benefician de un régimen fiscal privilegiado, pagando solo un 1% del Impuesto de Sociedades, en comparación con el tipo máximo del 25%. Esta situación plantea interrogantes sobre la equidad del sistema fiscal y su capacidad para abordar la crisis de la vivienda.
### Propuestas para Frenar la Especulación
Ante la creciente preocupación por la especulación en el mercado inmobiliario, Palomera propone una serie de medidas que buscan frenar el acaparamiento de viviendas. Una de sus sugerencias más destacadas es aumentar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para aquellos inversores que compran propiedades con el único objetivo de especular. Esta medida, argumenta, podría desincentivar la entrada de capital especulativo en el mercado, permitiendo que las familias trabajadoras no tengan que competir con grandes inversores.
Sin embargo, esta propuesta se enfrenta a la resistencia de empresarios y promotores inmobiliarios, quienes argumentan que la solución a la crisis de la vivienda radica en aumentar la oferta y reducir los impuestos. Miguel Ángel Gómez Huecas, presidente de la Federación de Asociaciones de Empresas Inmobiliarias, sostiene que la carga fiscal en la compra de una vivienda oscila entre el 20% y el 25%, y que una reducción de estos impuestos podría facilitar la entrada de más viviendas al mercado.
El debate se intensifica cuando se considera la postura del Partido Popular, cuyo líder, Alberto Núñez Feijóo, ha prometido reducir impuestos a todos los actores del mercado inmobiliario. Esta propuesta ha generado críticas, ya que muchos consideran que una reducción generalizada de impuestos no aborda las raíces del problema y podría perpetuar la desigualdad en el acceso a la vivienda.
### La Perspectiva de los Expertos en Fiscalidad
Los expertos en fiscalidad, como Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, respaldan la visión de Palomera, señalando que los beneficios fiscales en el sector de la vivienda son excesivos. Cruzado argumenta que la complejidad del sistema fiscal, que involucra impuestos locales, autonómicos y estatales, requiere una revisión profunda para abordar la crisis de la vivienda de manera efectiva.
El Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria, elaborado por un comité de expertos en 2022, también respalda la idea de eliminar o reducir las desgravaciones fiscales en el alquiler de viviendas. Este documento destaca que los beneficios fiscales actuales favorecen desproporcionadamente a los arrendadores de altos ingresos, lo que cuestiona su justificación desde una perspectiva de equidad.
La falta de acción en el marco regulatorio fiscal desde la publicación de este libro ha llevado a muchos a cuestionar la voluntad política de abordar la crisis de la vivienda. Palomera critica la inacción del Gobierno, advirtiendo que la falta de reformas solo perpetúa el trasvase de recursos públicos hacia los especuladores, mientras que las familias trabajadoras continúan luchando por acceder a una vivienda digna.
En resumen, el debate sobre los beneficios fiscales en el sector de la vivienda es complejo y multifacético. Mientras algunos abogan por una reducción de impuestos para estimular el mercado, otros argumentan que estas políticas perpetúan la desigualdad y la especulación. La búsqueda de soluciones efectivas para la crisis de la vivienda en España requiere un análisis profundo y un enfoque equilibrado que priorice el bienestar de la población en lugar de los intereses de unos pocos.