El huracán Melissa ha dejado un rastro devastador a su paso por el Caribe, causando al menos 32 muertes y una serie de daños materiales significativos en varios países de la región. Haití ha sido el más afectado, con 23 víctimas mortales, mientras que Jamaica, Panamá y República Dominicana también han sufrido las consecuencias de este fenómeno natural. A medida que el huracán avanzaba, su intensidad fue disminuyendo, pero los efectos de sus lluvias torrenciales y vientos destructivos continúan causando estragos.
La tragedia en Haití
Haití ha sido el país que ha sufrido el mayor impacto del huracán Melissa. Las inundaciones provocadas por la crecida del río La Digue han dejado al menos 20 muertos, entre ellos varios niños. Las autoridades han reportado 17 heridos y 13 personas desaparecidas, mientras que más de 13,000 ciudadanos han sido desplazados debido a las intensas lluvias que han afectado diversas regiones del país. Las imágenes de la devastación son alarmantes, con calles cubiertas de lodo y viviendas destruidas.
Willyo Bontang, un sobreviviente de 64 años, relató su experiencia aterradora, donde un árbol cayó sobre él, dejándolo con una fractura en el pie. La situación en Haití es crítica, ya que la infraestructura del país, ya vulnerable, ha sido severamente dañada. Al menos una docena de ríos han registrado crecidas, afectando carreteras y otras infraestructuras esenciales, como escuelas y hospitales.
La respuesta de las autoridades ha sido complicada, ya que muchas áreas aún están incomunicadas. Las labores de rescate y búsqueda continúan, pero el acceso a las zonas más afectadas es limitado. La comunidad internacional ha comenzado a ofrecer ayuda, pero la magnitud de la tragedia requiere una respuesta rápida y efectiva.
Impacto en Jamaica y otros países
Jamaica también ha sentido el impacto del huracán Melissa, con al menos cuatro muertes reportadas y más de 500,000 personas sin electricidad. El huracán tocó tierra en la localidad de Black River, donde muchas familias se encuentran incomunicadas debido a la falta de conexión telefónica y las inundaciones. Daniel Buchanan, un residente de Kingston, expresó su preocupación por la falta de noticias de su familia en Black River, donde las casas han perdido sus techos y los daños son extensos.
El ministro de Desarrollo Comunitario de Jamaica, Desmond McKenzie, ha confirmado las muertes y ha declarado el país como una «zona catastrófica». Las imágenes aéreas muestran la magnitud de la destrucción, con edificios históricos y comunidades enteras devastadas. La situación es alarmante, y las autoridades están trabajando para restaurar los servicios básicos y proporcionar asistencia a los afectados.
En Panamá, los efectos indirectos del huracán han dejado al menos cuatro muertos, tres de ellos menores, y más de 1,100 personas han sido afectadas por las intensas precipitaciones. La República Dominicana también ha reportado un muerto y más de un millón de personas sin acceso a agua potable debido a los daños en los acueductos.
Cuba, el último país golpeado
Cuba fue el último país en sentir la fuerza del huracán Melissa, que sembró destrucción en el oriente de la isla. Millones de personas quedaron sin electricidad, y muchos municipios se encontraron inundados y aislados. Aunque las autoridades aún no han reportado víctimas mortales, los daños materiales son significativos, con viviendas derrumbadas y cultivos anegados.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha calificado la situación como de «daños cuantiosos». Las intensas lluvias han provocado el desbordamiento de ríos y presas, lo que ha llevado a inundaciones súbitas y corrimientos de tierra. Las labores de rescate están en marcha, pero muchas áreas rurales y montañosas aún no han sido alcanzadas por los equipos de emergencia.
La comunidad internacional observa con preocupación la situación en el Caribe, donde el cambio climático ha intensificado la frecuencia y la fuerza de los huracanes. La devastación causada por el huracán Melissa es un recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante fenómenos naturales extremos. Las autoridades de cada país están trabajando arduamente para mitigar los efectos de esta tragedia y proporcionar asistencia a los afectados, pero el camino hacia la recuperación será largo y difícil.
