La construcción de un nuevo estadio de fútbol en Málaga ha sido un tema de conversación durante más de una década. La propuesta, que se remonta a 15 años atrás, se ha revitalizado recientemente tras la decisión de la ciudad de no ser sede del Mundial 2030. Este artículo explora los detalles del proyecto, su ubicación y las implicaciones urbanísticas que conlleva.
La nueva Rosaleda, planificada para situarse en la zona de Puerto de la Torre, se extiende sobre una superficie de 124.893 metros cuadrados. Sin embargo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha expresado sus reservas sobre la idoneidad de esta ubicación. La cercanía a importantes vías de comunicación, como la Hiperronda y la autopista de Las Pedrizas, plantea desafíos significativos en términos de movilidad y tráfico, especialmente durante los eventos deportivos.
### Desafíos y Oportunidades en la Urbanización
Uno de los principales obstáculos que enfrenta el proyecto es que los terrenos destinados para la nueva Rosaleda aún no han sido urbanizados. Este proceso podría llevar varios años, pero ya se han sentado las bases para su transformación. Un proyecto residencial en la misma área, conocido como la actuación de San Cayetano, contempla la construcción de 1.822 viviendas, de las cuales 642 serán de protección oficial. Este desarrollo ha avanzado en su tramitación y ha pasado la evaluación ambiental necesaria, lo que sugiere que la urbanización de la zona está en marcha.
La Gerencia Municipal de Urbanismo está trabajando en la documentación necesaria para que el Ayuntamiento apruebe el plan inicial. La rapidez con la que se avance en este aspecto dependerá en gran medida de la agilidad del Consistorio. A pesar de los desafíos, el proyecto para el nuevo estadio tiene el potencial de ser declarado de interés autonómico por parte del Gobierno andaluz, lo que podría acelerar significativamente los trámites necesarios para su construcción.
### Financiación y Revalorización del Terreno
La construcción de un nuevo estadio implica un coste elevado, pero el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) ha previsto una fórmula para financiar parte de este gasto. Se contempla la posibilidad de derribar el estadio actual y desarrollar en su lugar un proyecto que incluya 404 viviendas, oficinas y comercios. Esta transformación de la zona de Martiricos, que ya ha visto un aumento en su valor con la construcción de torres de pisos y un nuevo hospital, podría resultar en una importante revalorización de los terrenos.
El Ayuntamiento, junto con la Junta de Andalucía y la Diputación, podría beneficiarse económicamente de la subasta de los suelos que actualmente ocupa la Rosaleda. Este aspecto financiero es crucial para garantizar que el proyecto no solo sea viable desde el punto de vista urbanístico, sino también desde el económico.
El nuevo estadio no solo representa una mejora para el equipo local, sino que también podría convertirse en un motor de desarrollo para la zona, atrayendo a más visitantes y generando empleo. La creación de infraestructuras adicionales para garantizar la movilidad en la zona es esencial, y se están considerando diversas opciones para abordar este desafío.
### El Futuro del Deporte en Málaga
La nueva Rosaleda no solo es un proyecto de infraestructura; es una oportunidad para revitalizar el deporte en Málaga. La ciudad ha demostrado su pasión por el fútbol, y un nuevo estadio podría ser el hogar de eventos deportivos de gran envergadura, así como de actividades culturales y recreativas. Esto podría contribuir a posicionar a Málaga como un destino atractivo para el turismo deportivo, algo que podría ser beneficioso para la economía local.
A medida que avanza el proceso de planificación y desarrollo, es fundamental que se mantenga un diálogo abierto entre las autoridades locales, los desarrolladores y la comunidad. La participación ciudadana es clave para asegurar que el nuevo estadio y su entorno sean un espacio que beneficie a todos los malagueños.
En resumen, el proyecto para la nueva Rosaleda en Puerto de la Torre está tomando forma tras años de espera y planificación. Con la urbanización de los terrenos en marcha y la posibilidad de financiación a través de la revalorización del área, Málaga se encuentra en una posición favorable para dar un paso significativo hacia la construcción de un nuevo estadio que no solo servirá como un hogar para el fútbol, sino que también impulsará el desarrollo económico y social de la región.