La reciente actuación de Manuel Carrasco en Marbella, parte del Oasis Marbella Fest, se convirtió en un verdadero caos logístico que dejó a miles de asistentes frustrados y sin poder disfrutar del espectáculo. Con más de 30,000 personas esperadas en la Finca de la Caridad, la situación se tornó insostenible tanto en las carreteras como en el propio recinto del evento. Este artículo explora las causas y consecuencias de este desastroso evento, así como las reacciones de los asistentes y las posibles soluciones para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
**Problemas de Acceso y Movilidad**
El primer gran inconveniente que enfrentaron los asistentes fue el colapso en las vías de acceso. Tanto la autovía A7 como la autopista AP7 se vieron completamente saturadas, con atascos que se extendieron por kilómetros. Muchos usuarios reportaron haber estado atrapados en el tráfico durante más de dos horas, lo que generó un ambiente de desesperación y ansiedad. La situación se complicó aún más a la salida del evento, donde las filas para abandonar el aparcamiento se convirtieron en un verdadero cuello de botella.
«Vivo en San Pedro y volví a casa después de trabajar. Al ver el atasco en la A7, decidí tomar el peaje, pero la situación no mejoró. Los coches no se movían y fue muy frustrante. Nunca había visto algo así», comentó José Sánchez, un vecino afectado.
La falta de planificación y la insuficiencia de las infraestructuras para manejar tal afluencia de público fueron evidentes. Muchos asistentes, que habían pagado precios elevados por sus entradas, se encontraron con la amarga realidad de no poder llegar a tiempo para disfrutar del concierto. Aunque el artista comenzó su actuación con un retraso de casi una hora para permitir la llegada de más público, algunos se quedaron sin poder ver el espectáculo.
**Cuestiones de Seguridad y Organización**
Además de los problemas de movilidad, la organización del evento fue objeto de críticas por su falta de preparación para un evento de tal magnitud. Los asistentes reportaron situaciones de riesgo, como la falta de control en las aglomeraciones y la escasa atención a la seguridad. María Dolores Gómez, una fan del artista, expresó su preocupación: «He estado en todos los conciertos de Manuel Carrasco en la provincia y nunca había visto algo igual. Fue un desastre total. No podíamos ni movernos. Hubo personas que se desmayaron en medio del espectáculo debido a la falta de atención y la presión de la multitud».
La experiencia de los asistentes se vio empañada no solo por el caos en el tráfico, sino también por las condiciones dentro del recinto. Muchos mencionaron el calor asfixiante y la mala visibilidad debido a la colocación inadecuada de las pantallas y la disposición del espacio. Isabel Pérez, otra asistente, comentó: «Estábamos en una ratonera. Había árboles que bloqueaban la vista y las pantallas estaban mal ubicadas. Fue una experiencia muy incómoda».
La indignación se extendió a las redes sociales, donde muchos usuarios comenzaron a plantear la posibilidad de presentar reclamaciones formales a través de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC). La falta de previsión y la mala gestión del evento han dejado una huella negativa en la comunidad, que ahora se pregunta cómo se permitirá que situaciones similares ocurran en el futuro.
**Próximos Eventos y Expectativas**
A pesar del fiasco del concierto de Manuel Carrasco, la Finca de la Caridad tiene programado otro evento, el ElRow Town Festival, que se llevará a cabo el 23 de agosto. Este festival de música electrónica contará con más de 40 artistas en cinco escenarios. La comunidad y los asistentes están a la expectativa de cómo se manejará la logística y la seguridad en este próximo evento, especialmente después de la experiencia reciente.
La organización de eventos masivos en espacios limitados requiere una planificación meticulosa y una atención especial a la seguridad y la movilidad. La experiencia del concierto de Manuel Carrasco debería servir como un llamado de atención para los organizadores y las autoridades locales, quienes deben trabajar en conjunto para garantizar que los futuros eventos no solo sean entretenidos, sino también seguros y accesibles para todos los asistentes.
La frustración de los fans y la comunidad en general es comprensible, y es esencial que se tomen medidas para evitar que el caos se repita. La seguridad y la satisfacción del público deben ser siempre la prioridad en la organización de eventos de gran escala.