La educación es un pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad, y en el caso de España, los últimos informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han puesto de manifiesto tanto los logros como los desafíos que enfrenta el sistema educativo. En este contexto, es crucial analizar la situación actual de los jóvenes en España, especialmente aquellos que ni estudian ni trabajan, así como el impacto de la educación terciaria en el futuro laboral de los estudiantes.
**La Proporción de Jóvenes que Ni Estudian Ni Trabajan**
Uno de los hallazgos más preocupantes del informe de la OCDE es la alta tasa de jóvenes en España que no están ni empleados ni matriculados en un programa educativo. Con un 17,6%, esta cifra supera la media de la OCDE, que se sitúa en un 14,1%, y la de la Unión Europea, que es del 12,9%. Este fenómeno no solo refleja una crisis en el acceso a oportunidades educativas y laborales, sino que también plantea serias interrogantes sobre el futuro de una generación que se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
La falta de formación y empleo puede tener consecuencias a largo plazo, no solo para los individuos afectados, sino también para la economía del país en su conjunto. La OCDE destaca que, a pesar de que España tiene una de las tasas más altas de jóvenes con educación superior, la combinación de jóvenes que están en educación y empleo es alarmantemente baja, con solo un 10,6% de los jóvenes españoles trabajando mientras estudian. Esto contrasta con países como Alemania o Noruega, donde más del 30% de los jóvenes logran equilibrar ambas actividades.
**Impacto de la Educación Terciaria en el Mercado Laboral**
A pesar de los desafíos, el informe también resalta algunos aspectos positivos del sistema educativo español. España se encuentra a la cabeza de la OCDE en cuanto a la proporción de jóvenes de entre 25 y 34 años que poseen un título de educación superior, alcanzando un 53% en 2024. Este dato es significativo, ya que se relaciona directamente con el potencial de ingresos y la estabilidad laboral. Las personas con educación terciaria en España ganan, de media, un 49% más que aquellos que solo han completado la segunda etapa de secundaria. Esta diferencia salarial es un incentivo claro para que los jóvenes continúen su formación académica.
Además, el informe indica que la tasa de abandono en la educación terciaria en España es notablemente baja, con un 14%, en comparación con el 21% de la media de la OCDE. Esto sugiere que el sistema educativo español está logrando retener a sus estudiantes, lo que podría ser un indicativo de una mejor alineación entre las expectativas de los alumnos y la oferta educativa disponible. Sin embargo, a pesar de estos logros, España sigue enfrentando retos significativos, como la alta proporción de jóvenes que no alcanzan la segunda etapa de secundaria, lo que duplica la media de la Unión Europea.
La inversión educativa también es un aspecto crucial a considerar. Aunque España destina menos recursos por estudiante en comparación con la media de la OCDE, realiza un esfuerzo relativo mayor en función de su capacidad económica. En términos absolutos, el gasto por estudiante en educación primaria a terciaria es de 13.385 dólares, frente a los 15.023 dólares de la media de la OCDE. Esto pone de manifiesto la necesidad de un mayor compromiso por parte del gobierno para mejorar la calidad educativa y garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a una educación de calidad.
**Desigualdades Persistentes y el Futuro de la Educación**
A pesar de los avances, el informe de la OCDE también señala que las desigualdades en el acceso a la educación persisten. Los jóvenes de contextos desfavorables enfrentan barreras significativas que dificultan su acceso a la educación superior. La probabilidad de que un estudiante cuyos padres tienen estudios superiores complete su educación es del 70%, en comparación con solo un 26% para aquellos cuyos padres no han alcanzado este nivel educativo. Esta brecha resalta la importancia de implementar políticas que promuevan la equidad en el acceso a la educación.
En el ámbito global, el informe destaca que el nivel educativo está en su punto más alto, con casi la mitad de la población de los países analizados con educación superior. Sin embargo, aún hay un 13% de adultos jóvenes que carecen de un título de educación secundaria, lo que es especialmente preocupante en países de América Latina como México y Perú, donde la inversión en educación es significativamente menor que la media de la OCDE.
La educación es un motor de cambio y desarrollo, y es fundamental que España y otros países trabajen para cerrar las brechas existentes y garantizar que todos los jóvenes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. La combinación de una educación de calidad y un acceso equitativo a oportunidades laborales será clave para el futuro de la economía y la sociedad en su conjunto.