La Junta de Andalucía ha intensificado sus esfuerzos para controlar la propagación del virus del Nilo occidental, una enfermedad transmitida principalmente por mosquitos. A pesar de que en 2024 se registraron solo cuatro casos en Málaga y ninguno en 2025, las autoridades sanitarias advierten que el riesgo persiste en toda la comunidad. La Consejería de Salud y Consumo ha llevado a cabo más de 1.100 intervenciones para mitigar la amenaza de este virus, que puede ser grave, especialmente en personas mayores con condiciones de salud preexistentes.
### Vigilancia y Control de Vectores
El Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental, implementado en marzo de 2025, incluye la instalación de trampas para monitorear la población de mosquitos en diferentes localidades. En junio de 2025, se colocaron seis trampas en municipios como Antequera y Cártama, con el objetivo de detectar aumentos en la densidad de mosquitos y posibles brotes del virus. Este esfuerzo se complementa con la información proporcionada por la Diputación de Huelva y la Estación Biológica de Doñana-CSIC, que han establecido puntos de muestreo en varias provincias.
La situación es preocupante, ya que el cambio climático y el aumento de las temperaturas han creado un entorno propicio para la proliferación de mosquitos. El doctor Francisco Javier Membrillo, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gómez Ulla de Madrid, ha señalado que el incremento de casos de virus del Nilo en Andalucía es un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años. La combinación de temperaturas elevadas y lluvias primaverales favorece la transmisión del virus, lo que convierte a Málaga en un lugar ideal para su propagación.
En 2024, se registraron 118 casos de fiebre del Nilo occidental en Andalucía, con Sevilla siendo la provincia más afectada. La Junta ha activado 400 agentes de salud pública para asesorar a los ayuntamientos sobre cómo manejar el riesgo, y se han implementado planes de vigilancia y control en 779 municipios. En particular, se han identificado áreas de alto riesgo en Málaga, como Alhaurín de la Torre y la capital, donde se han establecido medidas específicas para controlar la población de mosquitos.
### Estrategias de Sensibilización y Educación
Además de las medidas de control físico, la Junta de Andalucía ha puesto en marcha un programa de sensibilización para educar a la población sobre los riesgos asociados al virus del Nilo. Se han realizado 194 sesiones en centros educativos para informar a los estudiantes sobre la importancia de prevenir la picadura de mosquitos y reconocer los síntomas de la enfermedad. También se han llevado a cabo 85 intervenciones comunitarias y 72 sesiones de sensibilización dirigidas a profesionales de la salud.
La Consejería de Salud ha desarrollado un modelo predictivo mejorado para evaluar el riesgo de circulación del virus, que incluye datos sobre el uso del suelo, la presencia de aves infectadas y la actividad de los vectores. Este modelo permite a las autoridades sanitarias identificar áreas de riesgo y actuar de manera proactiva para prevenir brotes. Desde marzo de 2025, se han estado buscando casos leves en zonas en alerta, lo que ha llevado a la realización de pruebas en pacientes con síntomas compatibles.
A pesar de los esfuerzos realizados, el desafío sigue siendo significativo. La Junta ha informado que, hasta la fecha, se han realizado 108 pruebas para detectar la circulación del virus en mosquitos, con resultados positivos en 106 ocasiones. Esto indica que, aunque se están tomando medidas para controlar la situación, la amenaza del virus del Nilo occidental sigue presente en Andalucía.
La vigilancia continua y la educación de la población son fundamentales para mitigar el impacto de esta enfermedad. La colaboración entre las autoridades sanitarias, los ayuntamientos y la comunidad es esencial para garantizar que se implementen las estrategias adecuadas y se mantenga a la población informada sobre los riesgos y las medidas de prevención. La lucha contra el virus del Nilo occidental es un esfuerzo que requiere atención constante y adaptación a las condiciones cambiantes del medio ambiente.