Alemania, históricamente conocida por su rigidez fiscal y su compromiso con la austeridad, ha dado un giro significativo en su política económica. El canciller Friedrich Merz ha anunciado un ambicioso plan de rearmamento que supera los 80.000 millones de euros, lo que marca un cambio radical en la forma en que el país aborda sus finanzas y su papel en la defensa europea. Este movimiento no solo busca fortalecer la capacidad militar de Alemania, sino que también tiene como objetivo estimular su economía, que ha estado luchando en los últimos años.
### La Austeridad en el Pasado: Un Dogma Rígido
Desde la crisis económica de 2008, Alemania se ha posicionado como la guardiana de las reglas fiscales de la Unión Europea. Durante este periodo, los países del sur de Europa, como Grecia, España y Portugal, se vieron obligados a cumplir con estrictas medidas de austeridad, lo que resultó en recortes profundos y prolongados en sus economías. La obsesión de Berlín por mantener un déficit bajo y una deuda controlada llevó a una crisis que afectó gravemente a estas naciones, mientras que Alemania, con una economía más robusta, pudo cumplir con las exigencias fiscales sin mayores dificultades.
Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente. En la actualidad, la economía española está creciendo a un ritmo más acelerado que la alemana, que ha experimentado una recesión leve y un crecimiento débil. Este cambio ha llevado a Alemania a reconsiderar su postura sobre la austeridad, encontrando en el rearme una justificación para flexibilizar sus reglas fiscales. La necesidad de modernizar su ejército y de responder al expansionismo de Rusia ha sido presentada como una razón válida para aumentar el gasto público, una medida que antes habría sido impensable en el contexto de la política económica alemana.
### Un Plan de Rearme y Estímulo Económico
El plan de rearmamento de Merz no solo se centra en la defensa militar, sino que también incluye la renovación de infraestructuras críticas, como carreteras y ferrocarriles. Este enfoque se alinea con lo que se conoce como «keynesianismo militar», donde el gasto en defensa se utiliza como un motor para impulsar la economía. La intención es que gran parte de este gasto se destine a la compra de armamento fabricado en Alemania y en la Unión Europea, buscando reducir la dependencia de Estados Unidos en este ámbito.
Para llevar a cabo este ambicioso plan, Alemania ha tenido que modificar su Constitución y suavizar su compromiso con la austeridad. La Comisión Europea, bajo la presidencia de Ursula von der Leyen, ha permitido una excepción en las reglas fiscales que permite a los Estados miembros aumentar su gasto en defensa hasta un 5% del Producto Interior Bruto (PIB). Esta medida representa un cambio significativo en la política fiscal de la UE, que anteriormente había sido muy estricta en cuanto a los límites de déficit y deuda.
Sin embargo, este gasto adicional debe destinarse exclusivamente a la defensa, lo que plantea desafíos para otros sectores del gobierno. Por ejemplo, países como Francia se ven obligados a recortar en áreas sociales para cumplir con las reglas fiscales, mientras que pueden eludir estas restricciones si el gasto se destina a la defensa. Esta situación ha generado un debate sobre la equidad y la sostenibilidad de las políticas fiscales en la Unión Europea.
### Un Cambio de Paradigma en la Política Económica
El cambio en la política económica de Alemania refleja un giro en la forma en que la UE aborda las crisis. Después de la crisis de 2008, donde la austeridad prolongó la recesión y sus efectos, la UE ha optado por un enfoque más expansivo, promoviendo el gasto público para estimular el crecimiento. Esto se ha visto en los fondos de recuperación, como los de Next Generation, que han permitido a varios países salir de la crisis más rápidamente.
El catedrático de Economía Joan Tugores destaca que el compromiso de Alemania con la austeridad tiene raíces profundas, que se remontan a las consecuencias del Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, la actual situación ha llevado a una moderación en su discurso sobre la disciplina fiscal. Aunque Alemania ha encontrado una justificación para aumentar su gasto, su enfoque sigue siendo cauteloso y condicionado.
En resumen, el giro de Alemania hacia un mayor gasto en defensa y la flexibilización de su postura sobre la austeridad representa un cambio significativo en la política económica europea. Este nuevo enfoque no solo busca fortalecer la capacidad militar del país, sino que también tiene implicaciones profundas para la economía de la región y la forma en que se gestionan las crisis en el futuro.