La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto insostenible, especialmente para los más pequeños. Recientemente, se ha reportado la muerte de dos niños debido a la desnutrición, elevando el número total de fallecimientos infantiles a siete desde el 18 de julio de 2025. Esta tragedia es solo una parte de la crisis humanitaria que se ha intensificado desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. Las condiciones de vida en Gaza se han deteriorado drásticamente, y las estadísticas son alarmantes: cerca de 80 niños han muerto por inanición en este periodo, y más de 17,000 niños sufren de desnutrición aguda, según el Ministerio de Salud de Gaza.
La situación se agrava por la falta de acceso a alimentos y agua potable. Las familias en Gaza se ven obligadas a sobrevivir con una dieta escasa y poco nutritiva, compuesta principalmente de hidratos de carbono como arroz y pan. Esta dieta deficiente no solo afecta la salud de los adultos, sino que también tiene consecuencias devastadoras para las mujeres embarazadas y sus bebés, quienes están naciendo prematuramente debido a la mala alimentación.
La crisis humanitaria en Gaza no es un fenómeno nuevo, pero ha alcanzado niveles críticos en los últimos meses. La falta de alimentos y agua es especialmente grave en el norte de la Franja, donde no hay instalaciones de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), que se encarga de la distribución de alimentos. Desde finales de mayo, esta fundación ha sido criticada por su ineficacia en la entrega de ayuda, lo que ha dejado a muchas familias sin acceso a recursos básicos.
La situación se complica aún más con la presencia de cerca de 6,000 camiones de ayuda humanitaria estacionados en Jordania y Egipto, que esperan la autorización de Israel para ingresar a Gaza. La ONU, a través de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), ha denunciado esta situación, subrayando la urgencia de permitir la entrada de alimentos, medicinas y suministros médicos para aliviar el sufrimiento de la población.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Gaza, pero las acciones concretas para abordar la crisis han sido limitadas. Las organizaciones humanitarias están haciendo un llamado a la acción, instando a los gobiernos a presionar para que se levanten las restricciones a la ayuda humanitaria y se garantice el acceso a alimentos y servicios básicos para la población afectada.
La desnutrición infantil es un problema que no solo afecta la salud física de los niños, sino que también tiene repercusiones a largo plazo en su desarrollo cognitivo y emocional. Los niños que sufren de desnutrición severa tienen un mayor riesgo de enfermedades, retrasos en el crecimiento y problemas de aprendizaje. La situación actual en Gaza pone en peligro el futuro de toda una generación, y es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis.
La comunidad internacional debe actuar con rapidez y determinación para garantizar que la ayuda humanitaria llegue a quienes más la necesitan. La vida de miles de niños en Gaza depende de ello. La falta de acción no solo perpetúa el sufrimiento de la población, sino que también contribuye a la inestabilidad en la región. La crisis en Gaza es un recordatorio de la necesidad de una solución duradera al conflicto, que aborde las causas subyacentes de la pobreza y la desnutrición en la región.
Mientras tanto, las familias en Gaza continúan enfrentando una lucha diaria por la supervivencia. La comunidad internacional debe escuchar sus voces y actuar para poner fin a esta crisis humanitaria que ha cobrado demasiadas vidas y ha dejado a miles de niños en una situación desesperada. La ayuda humanitaria es un derecho humano fundamental, y es hora de que se garantice para todos los que la necesitan, sin excepciones ni demoras.