El cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más apremiantes de nuestra era, no solo desde una perspectiva ambiental, sino también como una crisis de derechos humanos que afecta especialmente a los más vulnerables: los niños. Esta realidad fue el eje central del V Congreso Mundial de Justicia con la Niñez, que se llevó a cabo en Madrid, donde expertos de diversas disciplinas se reunieron para discutir las implicaciones del cambio climático en los derechos de la infancia.
### La Crisis Climática y sus Efectos en la Infancia
Los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías e incendios, están aumentando en frecuencia e intensidad, y sus efectos son palpables en todo el mundo. Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola, destacó que estos eventos no solo son un problema ambiental, sino que también actúan como catalizadores de conflictos sociales y migraciones forzadas. Los niños, que son los más vulnerables, son quienes sufren las consecuencias más severas de esta crisis.
Durante su intervención, Sáenz de Miera identificó tres grandes injusticias que el cambio climático perpetúa: la injusticia intergeneracional, donde las generaciones actuales son responsables del problema, pero serán las futuras las que lo padezcan; la injusticia entre países, donde los países menos emisores de CO2 son los que más sufren; y la injusticia social y económica, donde los más vulnerables, que menos contribuyen al problema, son los que tienen menor capacidad de adaptación.
La situación es alarmante. Según datos recientes, 2024 fue el año más caluroso registrado, y miles de menores han perdido sus hogares y acceso a la educación debido a fenómenos climáticos extremos. Este contexto plantea un desafío urgente: ¿cómo pueden las políticas climáticas ser más inclusivas y proteger los derechos de los niños?
### La Responsabilidad de las Empresas y la Colaboración Multisectorial
Ante esta crisis, las empresas tienen un papel crucial que desempeñar. Sáenz de Miera enfatizó la necesidad de que las empresas adopten una responsabilidad social activa. En el caso de Iberdrola, esto se traduce en una inversión sostenida en energías limpias y renovables, así como en la sensibilización social sobre la importancia de la acción climática. La compañía ha estado trabajando durante más de 20 años para sustituir combustibles fósiles por energías renovables, contribuyendo así a mitigar los efectos del cambio climático, especialmente para los más jóvenes.
Además, la colaboración con organizaciones como UNICEF es fundamental. Iberdrola ha establecido alianzas estratégicas para ofrecer oportunidades de formación y empleo a jóvenes en situación de vulnerabilidad en varios países, incluyendo España y Brasil. Estos programas no solo buscan formar a los jóvenes en áreas de alta demanda, como energías renovables y movilidad eléctrica, sino que también les proporcionan prácticas y empleo, contribuyendo a su integración social y laboral.
La necesidad de una respuesta colectiva es evidente. La crisis climática es un problema complejo que requiere la colaboración de gobiernos, empresas, ONG y ciudadanos. La acción individual no es suficiente; es imperativo que todos los actores trabajen juntos para crear un sistema más sostenible y justo. La voz de los jóvenes es especialmente importante en este contexto. Sáenz de Miera hizo un llamado a los jóvenes para que sean proactivos y exijan acciones a sus gobiernos, recordando que aunque no son responsables de la crisis climática, son quienes más sufrirán sus consecuencias.
El debate en el congreso también incluyó intervenciones de otros especialistas que subrayaron la importancia de integrar los derechos humanos en las políticas climáticas. Elisa Morgera, relatora especial de la ONU sobre Cambio Climático y Derechos Humanos, enfatizó que los niños no pueden seguir siendo los grandes olvidados en la formulación de políticas climáticas. Lara Lázaro, investigadora del Real Instituto Elcano, destacó que la juventud está cada vez más presente en las negociaciones climáticas internacionales, actuando como agentes de cambio en la lucha contra el cambio climático.
### Un Futuro Sostenible y Justo
La adopción de un enfoque de justicia amigable con la infancia en todas las políticas climáticas es esencial. Recientemente, se han establecido cinco objetivos climáticos que incluyen la integración de los derechos humanos en las estrategias climáticas y la protección de los defensores de los derechos humanos y ambientales. Estos objetivos son un paso hacia la creación de un marco que no solo aborde la crisis climática, sino que también proteja los derechos de los niños y jóvenes.
El V Congreso Mundial de Justicia con la Niñez ha puesto de manifiesto la urgencia de actuar frente a la crisis climática, no solo como un problema ambiental, sino como una cuestión de derechos humanos. La colaboración entre diferentes sectores y la inclusión de la voz de los jóvenes son fundamentales para avanzar hacia un futuro más sostenible y justo para todos.