El Senado de Estados Unidos ha dado un paso significativo hacia la reactivación del Gobierno federal al aprobar un acuerdo que permite su financiamiento temporal. Este acuerdo, que ha sido respaldado por una combinación de republicanos y algunos demócratas, se produce tras 41 días de cierre, el más prolongado en la historia del país. La votación, que se llevó a cabo el lunes, resultó en un apoyo de 60 votos a favor y 40 en contra, lo que refleja una división notable entre los miembros del Senado.
El acuerdo ahora se dirige a la Cámara de Representantes, donde se espera que se inicien las sesiones el miércoles. La presión está sobre los representantes, ya que el cierre ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de millones de estadounidenses, afectando desde la alimentación hasta el empleo. Este cierre ha dejado a más de 1.3 millones de trabajadores federales sin pago y ha provocado cancelaciones masivas de vuelos, lo que ha generado un clima de incertidumbre en el país.
### Detalles del Acuerdo y sus Implicaciones
El compromiso bipartidista aprobado en el Senado combina varias medidas de financiamiento anual para diferentes agencias gubernamentales con un proyecto de ley provisional que mantendría operativas al resto de las dependencias federales hasta el 30 de enero. Este acuerdo también incluye la reversión de más de 4,000 despidos que la Administración Trump había intentado implementar al inicio del cierre, así como la prohibición de nuevos recortes hasta finales de enero. Esto representa un alivio para una fuerza laboral federal que ha enfrentado despidos masivos en el último año.
Sin embargo, uno de los puntos más controvertidos del acuerdo es la falta de inclusión de la extensión de los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare. Estos subsidios están programados para expirar a finales de este año, lo que podría resultar en un aumento significativo de los costos médicos para millones de estadounidenses. Los demócratas habían presionado para que se incluyera esta medida en el acuerdo, pero los republicanos se negaron a discutir la política sanitaria antes de la reactivación del Gobierno.
La división entre los demócratas se hizo evidente, ya que ocho senadores de este partido se desmarcaron de la línea de partido para apoyar el acuerdo. Entre ellos se encuentran figuras como Catherine Cortez Masto y Dick Durbin. Esta ruptura ha sido calificada como «frustrante» por algunos miembros del partido, quienes advierten que el acuerdo podría tener repercusiones negativas para millones de ciudadanos, especialmente en el ámbito de la salud.
### Reacciones y Expectativas Futuras
Las reacciones al acuerdo han sido mixtas. Mientras que los republicanos celebran el avance, argumentando que es un paso positivo para el país, los demócratas expresan su preocupación por las implicaciones a largo plazo de no extender los subsidios de salud. Lindsey Graham, un senador republicano, ha declarado que el presidente está a favor del acuerdo y que confía en que será aprobado en la Cámara de Representantes. Por otro lado, el senador Ruben Gallego ha enfatizado que el acuerdo no aborda adecuadamente las necesidades de salud de los estadounidenses, lo que podría resultar en un aumento de las primas de seguros para 24 millones de personas.
La atención ahora se centra en la Cámara de Representantes, donde el presidente republicano Mike Johnson ha convocado a los miembros para que regresen a Washington antes del miércoles. La presión para actuar rápidamente es palpable, ya que el cierre del Gobierno ha causado estragos en la vida de muchos ciudadanos, y cualquier retraso adicional podría agravar la situación.
El impacto del cierre ha sido profundo, afectando no solo a los trabajadores federales, sino también a programas vitales como el Programa de Asistencia Alimentaria Suplementaria (SNAP), que beneficia a 42 millones de estadounidenses. La falta de pago de este programa ha dejado a muchas familias en una situación precaria, lo que subraya la urgencia de una solución.
En resumen, el acuerdo aprobado en el Senado representa un avance hacia la reactivación del Gobierno federal, pero también plantea importantes preguntas sobre la salud y el bienestar de millones de estadounidenses. A medida que la Cámara de Representantes se prepara para debatir el acuerdo, el país observa de cerca cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos días.
