El panorama laboral para los empleados públicos en España está en un momento crucial. Tras meses de movilizaciones y presiones por parte de los sindicatos, el Gobierno ha comenzado a abrir la puerta a negociaciones salariales que podrían cambiar la situación de aproximadamente 3,5 millones de trabajadores en el sector público. En una reciente reunión con los sindicatos más representativos, se ha planteado un acuerdo que contempla aumentos salariales entre 2026 y 2028, dejando la subida de 2025 para una negociación aparte. Esta propuesta incluye tanto una parte fija como una variable, con el objetivo de que los empleados no pierdan poder adquisitivo.
La secretaria de Estado de Función Pública, Consuelo Sánchez, ha manifestado la intención del Gobierno de establecer un calendario de reuniones semanales para abordar estos temas. La primera reunión se llevó a cabo el pasado miércoles, y se acordó que la próxima se celebrará el 11 de noviembre, enfocándose inicialmente en el empleo público, mientras que las discusiones sobre salarios comenzarán el 19 de noviembre. Los sindicatos, aunque valoran la disposición del Gobierno para dialogar, han dejado claro que no aceptarán cualquier acuerdo y que su postura será exigente.
### La Reacción de los Sindicatos y sus Demandas
Los sindicatos CCOO, UGT y CSIF han expresado su preocupación por la tardanza del Gobierno en iniciar estas negociaciones. Isabel Araque, secretaria general de UGT Servicios Públicos, ha subrayado que no están dispuestos a aceptar un año de congelación salarial o aumentos nulos. La postura de los sindicatos es clara: buscan un acuerdo que no solo contemple aumentos salariales, sino que también aborde otras cuestiones pendientes, como la jubilación parcial, la clasificación profesional y la jornada laboral de 35 horas.
CCOO ha hecho hincapié en que aún quedan materias por cerrar del Acuerdo Marco para una Administración del Siglo XXI, lo que añade presión sobre el Gobierno para que cumpla con sus compromisos. Por su parte, CSIF ha exigido que la subida de 2025 sea inmediata y con efectos retroactivos desde enero de este año. Esta exigencia refleja la urgencia que sienten los trabajadores públicos ante la situación económica actual.
Los sindicatos han advertido que, si las negociaciones no avanzan de manera satisfactoria, podrían retomar las movilizaciones que habían suspendido temporalmente. Este escenario de tensión pone de manifiesto la necesidad de un diálogo constructivo y efectivo entre el Gobierno y los representantes de los trabajadores.
### Contexto de la Negociación Salarial
La última vez que se firmó un acuerdo plurianual fue para el periodo 2022-2024, donde se establecieron incrementos salariales que aseguraban una subida mínima del 6,5%, con la posibilidad de alcanzar hasta el 9,5% dependiendo de variables como el IPC y el PIB. En este contexto, los aumentos salariales de los años anteriores fueron del 2% en 2022, 2,5% en 2023 y 2% en 2024, con incrementos variables que acompañaban estas cifras.
La secretaria de Estado ha indicado que el nuevo acuerdo no solo debe centrarse en las mejoras retributivas, sino también en medidas organizativas que beneficien tanto a los trabajadores como a los servicios que prestan a la ciudadanía. Este enfoque integral es crucial para garantizar una Administración pública más eficiente y adaptada a las necesidades actuales.
El Gobierno ha expresado su deseo de avanzar hacia una Administración más participativa, que ofrezca servicios personalizados y que esté mejor preparada para afrontar los desafíos de la transformación digital y la transición ecológica. Sin embargo, para que esto se materialice, es fundamental que se logre un acuerdo satisfactorio en las negociaciones salariales.
La presión de los sindicatos y la necesidad de un acuerdo que refleje las demandas de los trabajadores públicos son elementos clave en este proceso. La próxima serie de reuniones será determinante para definir el rumbo de las condiciones laborales en el sector público y para asegurar que los empleados no solo mantengan su poder adquisitivo, sino que también vean mejoras en sus condiciones laborales y en la calidad de los servicios que ofrecen a la ciudadanía.
