La reciente decisión de Estados Unidos de no presentarse a su examen periódico de derechos humanos ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha generado un amplio debate internacional. Este evento, que tuvo lugar en Ginebra, se ha convertido en un punto focal de críticas por parte de diversas naciones, especialmente de China y Cuba, quienes han calificado la ausencia estadounidense como una muestra de irresponsabilidad y prepotencia. La situación plantea interrogantes sobre el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos y su papel en el ámbito internacional.
La evaluación de derechos humanos, conocida como el Examen Periódico Universal (EPU), es un mecanismo establecido por la ONU que permite a los Estados miembros revisar la situación de los derechos humanos en cada país. Este proceso, que se lleva a cabo cada cuatro años, tiene como objetivo fomentar la mejora de las condiciones de derechos humanos a nivel global. Sin embargo, la falta de participación de Estados Unidos en esta ocasión ha suscitado preocupaciones sobre su compromiso con los estándares internacionales.
### Contexto del Examen Periódico Universal
El Examen Periódico Universal fue creado en 2006 como parte de la reforma del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Este mecanismo permite que todos los Estados miembros sean evaluados sobre su cumplimiento de los derechos humanos, proporcionando un espacio para que otros países planteen preguntas y recomendaciones. Estados Unidos ha participado en este proceso en tres ocasiones anteriores, lo que hace que su ausencia actual sea aún más notable.
La sesión programada para el 7 de noviembre de 2025 debía durar más de tres horas, pero se suspendió tras solo cinco minutos debido a la falta de la delegación estadounidense. El presidente del Consejo, Jürg Lauber, expresó su decepción por esta situación y subrayó la importancia de la cooperación de todos los Estados en el ámbito de los derechos humanos. La decisión de no presentar el informe obligatorio que resume la situación de derechos humanos en el país ha sido interpretada como un acto de desdén hacia el sistema internacional de derechos humanos.
### Reacciones Internacionales
La reacción a la ausencia de Estados Unidos ha sido contundente. Durante el breve turno de réplicas, representantes de China y Cuba criticaron abiertamente la decisión de Washington. La delegación cubana calificó la conducta estadounidense como «prepotente» y parte de una «campaña contra el multilateralismo». Por su parte, el representante chino lamentó la falta de respeto mostrada por Estados Unidos hacia el Consejo y enfatizó que el texto consensuado por los miembros del Consejo no fue lo suficientemente firme en exigir la comparecencia de la delegación norteamericana.
Chipre, en representación de la Unión Europea, también expresó su descontento, afirmando que todos los Estados deben ser sometidos al escrutinio de la comunidad internacional en materia de derechos humanos. Esta postura refleja un consenso creciente entre las naciones que consideran que la participación activa en el EPU es fundamental para la credibilidad y la responsabilidad en el ámbito de los derechos humanos.
La ausencia de Estados Unidos no solo ha generado críticas, sino que también ha abierto un debate sobre el futuro del liderazgo estadounidense en cuestiones de derechos humanos. La administración Trump, que ha adoptado una postura más aislacionista y ha cuestionado la eficacia de organismos multilaterales, ha sido objeto de escrutinio por su enfoque hacia los derechos humanos, tanto a nivel nacional como internacional.
### Implicaciones para el Futuro
La no comparecencia de Estados Unidos en el EPU podría tener repercusiones significativas para su imagen internacional. Históricamente, Estados Unidos ha sido visto como un defensor de los derechos humanos y la democracia en el mundo. Sin embargo, su decisión de no participar en este examen pone en duda su compromiso con estos principios. La falta de transparencia y rendición de cuentas puede erosionar la confianza de otros países en la capacidad de Estados Unidos para liderar en cuestiones de derechos humanos.
Además, esta situación podría alentar a otros países a adoptar posturas similares, debilitando el sistema de derechos humanos de la ONU. Si naciones como Estados Unidos, que han sido históricamente vistas como modelos a seguir, eligen no participar en mecanismos de evaluación, esto podría sentar un precedente peligroso que afecte la efectividad del Consejo de Derechos Humanos.
La posibilidad de que el examen periódico de Estados Unidos se lleve a cabo en 2026 o en una fecha posterior también plantea interrogantes sobre la voluntad del país de reanudar su cooperación con el Consejo. La presión internacional y las críticas internas podrían influir en la decisión de futuras administraciones sobre cómo abordar el tema de los derechos humanos y su participación en foros internacionales.
En resumen, la ausencia de Estados Unidos en el examen de derechos humanos de la ONU no solo refleja una postura aislacionista, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro del liderazgo estadounidense en el ámbito de los derechos humanos. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollarán estos acontecimientos y qué implicaciones tendrán para el sistema global de derechos humanos.