La diócesis de Málaga ha presentado recientemente sus cuentas anuales, revelando un notable aumento en sus ingresos del 33% en comparación con el año anterior. Este incremento ha permitido a la institución religiosa alcanzar un total de 36,2 millones de euros en 2024, lo que ha facilitado la duplicación de los gastos en acciones asistenciales, que han pasado de 3,4 a 7,1 millones de euros. Este crecimiento financiero se ha visto impulsado por diversas fuentes, incluyendo subvenciones de administraciones públicas y un aumento significativo en las visitas turísticas a la Catedral, que generaron un 50% más de ingresos en 2024. Sin embargo, a pesar de estos logros, la diócesis enfrenta retos significativos, incluyendo una deuda acumulada de 18 millones de euros.
**Aumento de la Actividad Asistencial**
El nuevo obispo de Málaga, José Antonio Satué, ha destacado la importancia de la labor asistencial que se lleva a cabo desde las parroquias y centros diocesanos. En 2024, se atendió a un total de 51.929 personas, lo que representa un aumento del 12% respecto al año anterior. Esta labor es crucial en un contexto donde la pobreza afecta no solo a quienes están desempleados, sino también a aquellos que, a pesar de tener un trabajo, no logran llegar a fin de mes. Satué ha enfatizado que «la pobreza tiene el rostro de gente con trabajo», lo que subraya la necesidad de una respuesta más amplia y efectiva ante la crisis económica que enfrenta la comunidad.
El obispo también ha expresado su gratitud hacia aquellos que contribuyen económicamente a la Iglesia, reconociendo el esfuerzo de los voluntarios que trabajan en organizaciones como Cáritas y Manos Unidas. La labor de estas entidades es fundamental para proporcionar apoyo a las personas más vulnerables, y su trabajo ha sido reconocido como un pilar esencial en la misión de la diócesis.
**Desafíos en la Mantenimiento de Templos**
A pesar del aumento en los ingresos, la diócesis de Málaga enfrenta importantes desafíos en el mantenimiento de sus templos y edificios. El ecónomo diocesano, Rafael Carmona, ha señalado que se han previsto obras significativas en varias iglesias, incluyendo la iglesia del Sagrario y la iglesia de Santo Domingo, que requieren inversiones sustanciales. La finalización de las obras del tejado de la Catedral también es una prioridad, con un presupuesto que ha aumentado a 22,5 millones de euros, aunque las subvenciones recibidas hasta ahora solo cubren 14,5 millones.
La acumulación de una deuda de 18 millones de euros plantea un reto considerable para la diócesis. Esta deuda ha sido el resultado de préstamos solicitados en los últimos años para financiar las obras necesarias en diversos templos. A pesar de este panorama, la diócesis se esfuerza por amortizar entre el 20% y el 25% de la deuda cada año, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad financiera a largo plazo.
El obispo Satué ha abordado la situación financiera de la diócesis con un enfoque esperanzador, destacando la importancia de la comunidad y la solidaridad en la superación de estos desafíos. En su carta pastoral titulada ‘La Iglesia, una gran familia’, ha agradecido a todos aquellos que apoyan la labor de la Iglesia, enfatizando que cada contribución, por pequeña que sea, es valiosa en la construcción de una comunidad más fuerte y solidaria.
En cuanto a los sacramentos, la diócesis ha visto un aumento en el número de bautizados y confirmaciones en 2024, aunque los matrimonios por la Iglesia han disminuido. Este fenómeno puede reflejar cambios en las tendencias sociales y culturales, donde cada vez más parejas optan por ceremonias civiles o eligen no casarse. A pesar de estos cambios, la diócesis mantiene un número estable de aproximadamente 300 sacerdotes para atender a unas 250 parroquias, aunque el número de seminaristas ha disminuido de 14 a 11, lo que podría ser un indicativo de la necesidad de revitalizar la vocación religiosa en la región.
La situación actual de la diócesis de Málaga es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas instituciones religiosas en el contexto contemporáneo. A medida que la comunidad continúa creciendo y evolucionando, la diócesis se enfrenta a la tarea de adaptarse a las nuevas realidades sociales y económicas, al tiempo que se esfuerza por mantener su compromiso con la asistencia social y el cuidado de sus templos. La combinación de un aumento en los ingresos y la acumulación de deuda presenta un panorama complejo, pero también ofrece oportunidades para la innovación y el fortalecimiento de la comunidad.
