Recientemente, los aeropuertos de Bruselas-Zaventem y Lieja han tenido que cerrar sus espacios aéreos debido a la presencia de drones en las cercanías de estas instalaciones. Este incidente, que ocurrió el 4 de noviembre de 2025, ha generado una serie de desvíos de vuelos y ha puesto en alerta a las autoridades belgas sobre la seguridad aérea en el país.
La situación se desató poco antes de las 20:00 horas locales, cuando se reportó la presencia de tres drones en las proximidades del aeropuerto de Bruselas. Como resultado, se suspendieron todas las operaciones de vuelos, tanto de llegada como de salida. En su página web, el aeropuerto de Bruselas confirmó que no había vuelos en operación y prometió mantener informados a los pasajeros sobre cualquier actualización.
Los aviones que estaban en ruta hacia Bruselas fueron desviados a otros aeropuertos belgas, como Charleroi y Brujas, así como a aeródromos en el extranjero, incluyendo París y varias ciudades alemanas como Maastricht, Colonia y Fráncfort. Un pasajero que se encontraba en un vuelo procedente de Madrid relató su experiencia, indicando que su avión tuvo que aterrizar en Charleroi debido a la falta de combustible para esperar a que se resolviera la situación en Bruselas.
La situación se complicó aún más cuando el aeropuerto de Lieja también reportó la presencia de drones, lo que llevó a un cierre similar de su espacio aéreo. Mientras tanto, otros aviones permanecieron en un circuito de espera, a la espera de instrucciones sobre su destino. Las autoridades del aeropuerto de Zaventem informaron que estaban investigando el asunto, pero que, por el momento, no había vuelos permitidos en su terminal.
Este tipo de incidentes no son nuevos en Europa. En las últimas semanas, se han registrado avistamientos de drones en áreas cercanas a infraestructuras críticas, incluyendo bases militares. Uno de los incidentes más recientes ocurrió cerca de la base aérea militar de Kleine-Brogel, que se encuentra cerca de la frontera con los Países Bajos. La creciente preocupación por la seguridad ha llevado a las autoridades belgas a preparar un plan de respuesta rápida ante estas incursiones.
El ministro de Defensa de Bélgica, Theo Francken, ha declarado que los recientes avistamientos de drones podrían estar relacionados con intentos de espionaje, posiblemente vinculados a Rusia. Aunque no se dispone de información concreta sobre el origen de los drones, el ministro sugirió que podrían estar relacionados con otras incursiones similares en el espacio aéreo de países bálticos y del este de Europa. Esta declaración ha generado un debate sobre la seguridad nacional y la necesidad de implementar medidas más estrictas para proteger el espacio aéreo belga.
Las autoridades han tomado medidas drásticas en respuesta a esta amenaza. El Ejército belga ha recibido órdenes de derribar los drones si es posible hacerlo de manera segura y sin causar daños colaterales. Esta decisión refleja la seriedad con la que se está tomando la situación, ya que la seguridad de los aeropuertos y de los vuelos comerciales es una prioridad máxima.
La presencia de drones en espacios aéreos restringidos plantea serios riesgos para la seguridad de los vuelos comerciales y la integridad de las infraestructuras críticas. A medida que la tecnología de los drones se vuelve más accesible, las autoridades de aviación civil en todo el mundo están enfrentando el desafío de regular su uso y garantizar que no se conviertan en una amenaza para la seguridad pública.
En este contexto, es fundamental que los gobiernos y las agencias de seguridad trabajen en conjunto para desarrollar estrategias efectivas que aborden el problema de los drones en el espacio aéreo. Esto incluye la implementación de tecnologías de detección y neutralización de drones, así como la creación de normativas que regulen su uso en áreas sensibles.
La situación en Bélgica es un recordatorio de que la seguridad aérea es un asunto que requiere atención constante y medidas proactivas. A medida que los incidentes relacionados con drones continúan aumentando, es crucial que las autoridades se mantengan alerta y preparadas para responder a cualquier amenaza potencial que pueda surgir en el futuro.
