En el verano de 1812, el emperador francés Napoleón Bonaparte lideró una de las campañas militares más ambiciosas de la historia: la invasión del Imperio Ruso. Con un ejército que superaba los 600.000 hombres, Napoleón se propuso conquistar Rusia, pero para diciembre de ese mismo año, solo quedaban en pie alrededor de 50.000 soldados. Durante mucho tiempo, se ha atribuido esta devastadora derrota a factores como el hambre, el frío extremo y, especialmente, a la propagación del tifus. Sin embargo, un reciente estudio realizado por un equipo de científicos franceses ha desafiado esta narrativa, sugiriendo que las causas de la caída del ejército napoleónico son más complejas de lo que se pensaba.
Investigaciones recientes han revelado que, tras analizar el ADN de los soldados caídos en la campaña rusa, no se encontró evidencia del tifus, como se había creído anteriormente. En su lugar, los investigadores identificaron patógenos responsables de fiebre paratifoidea y fiebre recurrente, enfermedades que pueden presentar síntomas similares a los descritos en los relatos históricos de la época. Este hallazgo, publicado en la revista Current Biology, sugiere que la combinación de estas dos enfermedades pudo haber exacerbado la situación de los soldados, quienes ya se encontraban debilitados por el frío, la falta de alimentos y las condiciones insalubres.
### La nueva perspectiva sobre la derrota de Napoleón
Durante siglos, historiadores y expertos han debatido sobre las razones detrás de la desastrosa retirada del ejército francés de Rusia. Los informes médicos de la época apuntaban al tifus como uno de los principales culpables, una enfermedad infecciosa común entre los soldados, transmitida por piojos. Sin embargo, el nuevo estudio, liderado por Nicolás Rascovan del Institut Pasteur, ha puesto en tela de juicio esta creencia. Utilizando tecnología avanzada de análisis de ADN antiguo, el equipo examinó muestras de soldados que habían caído en combate y que fueron enterrados en una fosa común en Vilnius, Lituania.
El proceso de investigación implicó la extracción y secuenciación del ADN de los dientes de 13 soldados, así como la eliminación de contaminantes ambientales para aislar fragmentos de ADN bacteriano. Los resultados fueron sorprendentes: en lugar de encontrar los patógenos asociados al tifus, los investigadores hallaron rastros de Salmonella enterica, causante de fiebre entérica, y Borrelia recurrentis, responsable de la fiebre recurrente. Ambas enfermedades pueden ser transmitidas por piojos, lo que añade una capa de complejidad a la situación de los soldados napoleónicos.
Este descubrimiento no solo desafía la narrativa histórica sobre la campaña rusa, sino que también pone de relieve la importancia de la tecnología moderna en la investigación histórica. Rascovan señala que la discrepancia entre los hallazgos actuales y estudios anteriores podría deberse a las diferentes tecnologías de secuenciación utilizadas. Mientras que los estudios previos se basaron en la reacción en cadena de la polimerasa, el nuevo método permite capturar una mayor cantidad de ADN, lo que resulta en un análisis más exhaustivo.
### El impacto de la tecnología en la historia de las enfermedades
La capacidad de la tecnología de ADN antiguo para desenterrar la historia de enfermedades infecciosas es un avance significativo en el campo de la investigación. Los hallazgos del equipo no solo ofrecen una nueva visión sobre la caída del ejército de Napoleón, sino que también destacan la continuidad de ciertas cepas bacterianas a lo largo de la historia. Por ejemplo, la cepa de Borrelia recurrentis encontrada en los soldados napoleónicos pertenece a la misma línea que se identificó en la antigua Bretaña hace 2.000 años, durante la Edad del Hierro. Este descubrimiento sugiere que algunas enfermedades han persistido en Europa durante milenios, lo que plantea preguntas sobre la evolución y adaptación de los patógenos a lo largo del tiempo.
Rascovan expresa su entusiasmo por el potencial de la tecnología de ADN antiguo, afirmando que permite descubrir aspectos de la historia que antes eran inaccesibles. «Es muy emocionante usar una tecnología que tenemos hoy para detectar y diagnosticar algo que estuvo enterrado durante 200 años», comenta el investigador. Este tipo de estudios no solo enriquecen nuestra comprensión de eventos históricos significativos, sino que también ofrecen lecciones valiosas sobre la salud pública y la gestión de enfermedades infecciosas en la actualidad.
La campaña rusa de Napoleón, que culminó en una derrota militar devastadora, no solo marcó un punto de inflexión en la historia europea, sino que también dejó un legado de lecciones sobre la importancia de la preparación y la respuesta a las crisis sanitarias. A medida que la ciencia avanza, es probable que sigamos descubriendo nuevos aspectos de este y otros eventos históricos, lo que nos permitirá entender mejor el pasado y sus implicaciones para el futuro.
