El Senado español, tradicionalmente visto como una cámara de segunda lectura, ha cobrado un protagonismo inesperado en el panorama político actual. Bajo la dirección del Partido Popular (PP), la Cámara Alta ha pasado de ser un órgano casi olvidado a convertirse en un escenario de intensas disputas legislativas y políticas. Esta transformación ha llevado a que el PP utilice su mayoría absoluta en el Senado para desafiar al Gobierno de Pedro Sánchez y a otras instituciones, generando un clima de polarización y conflicto que ha captado la atención de la opinión pública.
La estrategia del PP se centra en elevar la autoridad del Senado, buscando equipararlo al Congreso de los Diputados en términos de poder legislativo. Esto ha llevado a la creación de varias comisiones de investigación, entre ellas la que indaga en el caso Koldo, y a la presentación de múltiples conflictos de atribuciones que han terminado en el Tribunal Constitucional. Este enfoque ha sido criticado por el Gobierno, que sostiene que el Senado no debe ser considerado un igual al Congreso, dado que su función principal es la de representar a las comunidades autónomas y ofrecer una segunda lectura a las leyes.
### La Estrategia del PP en el Senado
El Partido Popular ha adoptado una táctica agresiva en el Senado, utilizando su mayoría para registrar iniciativas que, según ellos, han sido ignoradas por el Congreso. Desde la perspectiva del PP, el Senado se ha convertido en un bastión donde pueden presentar propuestas que, de otro modo, quedarían atrapadas en el proceso legislativo del Congreso. Sin embargo, esta estrategia no ha estado exenta de críticas. Fuentes del Congreso han señalado que el PP ha intentado controlar la agenda legislativa a través del Senado, pero hasta ahora, sus esfuerzos han tenido un éxito limitado.
Entre las iniciativas conocidas como las «leyes Feijóo», se encuentran propuestas que buscan desalojo inmediato de viviendas ocupadas, reducción del IVA en servicios como peluquerías y la inclusión de la despoblación como un elemento central en la legislación. Sin embargo, muchas de estas propuestas han quedado estancadas en el Congreso, lo que ha llevado al PP a acusar al Gobierno de mantener un «congelador» legislativo que impide el avance de sus iniciativas.
El conflicto de atribuciones entre el Senado y el Congreso ha sido un tema recurrente, con el PP denunciando que sus propuestas son sistemáticamente ignoradas. Este enfrentamiento ha llevado a que el Tribunal Constitucional intervenga en varias ocasiones, recordando a ambas cámaras sus respectivas competencias y limitaciones. A pesar de las derrotas en los tribunales, el PP ha continuado con su estrategia, buscando desgastar al Gobierno y polarizar la opinión pública.
### Conflictos y Controversias en el Senado
Uno de los episodios más destacados de esta confrontación se produjo con la ley de amnistía, donde el PP intentó demorar su aprobación a través de maniobras en el Senado. Sin embargo, el Tribunal Constitucional intervino para frenar estas tácticas, reafirmando que el Senado no puede alterar los plazos establecidos para la tramitación de leyes urgentes. Este tipo de conflictos ha llevado a que el Senado se convierta en un campo de batalla legislativa, donde cada partido busca maximizar su influencia y debilitar al adversario.
Además, el PP ha planteado conflictos de atribuciones en relación con otras leyes, como la Ley de Eficiencia del Servicio Público de Justicia y la Ley de Cadena Alimentaria. En ambos casos, el Senado ha argumentado que sus derechos como cámara han sido vulnerados, lo que ha llevado a que el Tribunal Constitucional admita a trámite estos conflictos. Sin embargo, la respuesta del Constitucional ha sido en ocasiones desfavorable para el PP, lo que ha generado frustración dentro de la formación política.
La situación se complica aún más con la reciente aprobación de la Ley de Navegación Aérea, donde el PP ha denunciado que el Congreso ha «mutilado» enmiendas que habían sido aprobadas en el Senado. Este tipo de desacuerdos no solo refleja las tensiones entre las dos cámaras, sino que también pone de manifiesto la dificultad de alcanzar consensos en un clima político tan polarizado.
En resumen, el Senado ha emergido como un campo de batalla clave en la política española, donde el Partido Popular busca utilizar su mayoría para desafiar al Gobierno y promover su agenda legislativa. Sin embargo, esta estrategia ha encontrado obstáculos en el Tribunal Constitucional y en la resistencia del Congreso, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de la táctica del PP y el futuro del Senado como un órgano legislativo relevante en el sistema político español.