El reciente interrogatorio llevado a cabo por el juez Adolfo Carretero a la actriz Elisa Mouliaá ha desatado una ola de críticas y controversias en el ámbito judicial y político español. Este caso, que se enmarca en la investigación de una presunta agresión sexual por parte del exdiputado de Sumar, Íñigo Errejón, ha puesto de manifiesto la tensión entre la independencia judicial y la percepción pública sobre el tratamiento de las víctimas de agresiones sexuales.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha decidido no amparar al juez Carretero, quien había solicitado protección tras recibir más de 900 quejas sobre su conducta durante el interrogatorio. La decisión del CGPJ se basa en la consideración de que las críticas no comprometen la independencia judicial, lo que ha generado un debate sobre la responsabilidad de los jueces en casos tan delicados.
### El Interrogatorio y las Críticas Recibidas
El interrogatorio de Carretero a Mouliaá ha sido objeto de un intenso escrutinio. La actriz fue sometida a preguntas que muchos han calificado de machistas y revictimizantes. Entre las preguntas más controvertidas, el juez inquirió sobre la razón por la cual Errejón había mostrado su miembro viril durante el encuentro que ella denunció, sugiriendo incluso que la actriz podría haber tenido intenciones románticas hacia el exdiputado, lo que ha sido interpretado como una forma de deslegitimar su denuncia.
Las reacciones no se hicieron esperar. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, expresó su preocupación por el impacto que este tipo de interrogatorios puede tener en las víctimas, afirmando que revictimizan a las mujeres que ya han sufrido una agresión. Por su parte, la ministra portavoz, Pilar Alegría, manifestó que las imágenes del interrogatorio le habían causado un profundo dolor, mientras que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, subrayó que muchas personas se habían sentido avergonzadas por el tratamiento dado a Mouliaá.
El juez Carretero, en defensa de su actuación, argumentó que su deber era asegurar que la prueba fuera consistente, y que algunas de las preguntas, aunque incómodas, eran necesarias para esclarecer los hechos. Sin embargo, esta justificación ha sido ampliamente criticada por expertos en derechos humanos y feminismo, quienes sostienen que el enfoque del juez perpetúa una cultura de machismo en el sistema judicial.
### La Respuesta del CGPJ y el Debate sobre la Independencia Judicial
La decisión del CGPJ de no amparar al juez Carretero ha abierto un nuevo frente de debate sobre la independencia judicial en España. Algunos juristas argumentan que el CGPJ debería proteger a los jueces de las críticas públicas, mientras que otros sostienen que la independencia no debe ser un escudo para comportamientos que puedan ser considerados inapropiados o dañinos para las víctimas.
El CGPJ ha indicado que las críticas al juez no afectan su capacidad para ejercer su función, lo que ha llevado a algunos a cuestionar la postura del órgano de gobierno de los jueces. La falta de acción en este caso podría interpretarse como una falta de sensibilidad hacia las víctimas de agresiones sexuales y un desinterés por abordar el machismo en el sistema judicial.
La controversia también ha puesto de relieve la necesidad de una reforma en la manera en que se llevan a cabo los interrogatorios en casos de agresiones sexuales. Muchos abogan por la implementación de protocolos que protejan a las víctimas y que eviten que sean sometidas a un escrutinio que pueda resultar en una nueva victimización.
El caso de Elisa Mouliaá y el juez Carretero no solo ha puesto en el centro del debate la conducta de un magistrado, sino que también ha expuesto las fallas en un sistema que, en ocasiones, parece más preocupado por la defensa de sus miembros que por la justicia para las víctimas. La presión social y política podría ser un catalizador para que se realicen cambios significativos en la forma en que se manejan estos casos en el futuro, pero el camino hacia la reforma es aún incierto.