Más de 200 judíos ortodoxos se congregaron en Nueva York para manifestarse contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien se prepara para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas. La protesta, que tuvo lugar frente al consulado israelí en Manhattan y luego se trasladó hacia la sede de la ONU, fue organizada por la comunidad judía ortodoxa, que busca distanciarse de las acciones del gobierno israelí en Gaza. Los manifestantes portaban carteles que exigían la separación entre el Estado de Israel y la religión judía, afirmando que las acciones del gobierno no representan a todos los judíos del mundo.
El rabino Yitzchok Deutsch, de la organización Naturei Karta, fue uno de los voceros más destacados durante la manifestación. En sus declaraciones, enfatizó que los crímenes cometidos por el gobierno israelí en Gaza no son en nombre de la comunidad judía. «Viene a la ONU representando a la religión judía, al pueblo judío en todo el mundo, pero eso es totalmente falso. Todos sus crímenes, el genocidio en Gaza que está cometiendo, no es en nuestro nombre», expresó Deutsch. Esta declaración resuena con la postura de muchos judíos ortodoxos que se oponen al sionismo y a la creación del Estado de Israel.
La manifestación no solo fue un acto de protesta, sino también un intento de recordar que judíos y musulmanes han coexistido pacíficamente durante siglos. Los organizadores de la protesta, incluyendo a Chaim Katz, subrayaron que el verdadero problema radica en el movimiento sionista, que, según ellos, ha llevado a la opresión de comunidades judías antisionistas en Israel. Estas comunidades, que se oponen a las políticas del gobierno israelí, enfrentan represalias, incluyendo detenciones y torturas, por su negativa a unirse al ejército israelí.
La organización «Israel versus Judaism» estuvo presente en la protesta, distribuyendo panfletos que explican su posición antisionista. En estos documentos, se argumenta que, según el judaísmo, a los judíos se les prohíbe ocupar tierras de otros pueblos y establecer un estado soberano. Esta perspectiva se presenta como una crítica a las acciones del gobierno israelí, que, según los manifestantes, ha contribuido al aumento del antisemitismo en el mundo.
La comunidad judía ortodoxa en Nueva York, que es la más grande fuera de Israel, se concentra principalmente en barrios específicos, como Brooklyn. Sin embargo, su decisión de llevar a cabo protestas en el centro de Manhattan es significativa, ya que representa un acto de desafío y visibilidad en un contexto donde la mayoría de sus actividades suelen ser más discretas. En agosto, esta misma comunidad ya había realizado una protesta similar en respuesta a cambios en las políticas del ejército israelí que buscaban obligar a los judíos ortodoxos a enlistarse, algo que ha generado un gran descontento entre ellos.
La situación en Gaza ha sido un tema candente en la política internacional, y la llegada de Netanyahu a la ONU ha intensificado las tensiones. La comunidad judía ortodoxa en Nueva York, a través de sus protestas, busca no solo expresar su desacuerdo con las políticas del gobierno israelí, sino también reafirmar su identidad y valores religiosos, que consideran incompatibles con las acciones del sionismo. Este tipo de manifestaciones pone de relieve la diversidad de opiniones dentro de la comunidad judía global, donde no todos los judíos se identifican con las políticas del Estado de Israel.
La protesta también refleja un contexto más amplio de descontento con las políticas israelíes, que ha llevado a un aumento en las manifestaciones en diversas partes del mundo. La comunidad judía ortodoxa de Nueva York, al alzar su voz, se une a otros grupos que abogan por una solución pacífica al conflicto israelí-palestino y que buscan un futuro donde judíos y musulmanes puedan vivir en armonía. La separación entre religión y estado es un tema recurrente en estas discusiones, y la comunidad ortodoxa está decidida a hacer escuchar su mensaje en un momento crítico para la política internacional.
A medida que se acerca la Asamblea General de la ONU, es probable que las protestas continúen, reflejando la creciente preocupación por la situación en Gaza y el deseo de muchos judíos ortodoxos de distanciarse de las acciones del gobierno israelí. En un mundo donde las tensiones religiosas y políticas son cada vez más evidentes, la voz de esta comunidad se convierte en un recordatorio de que no todos los judíos apoyan las políticas del Estado de Israel y que hay un fuerte deseo de paz y coexistencia entre diferentes comunidades.
