El otoño de 2025 se perfila como una estación inusualmente cálida y seca en España, según los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este anuncio se produce tras un verano que ha marcado un récord histórico en temperaturas, superando incluso al verano de 2003, que hasta ahora era considerado el más caluroso en Europa. Con temperaturas que han alcanzado niveles sin precedentes, el país se prepara para un otoño que podría traer más de lo mismo.
### Un Verano para Recordar
El verano de 2025 ha sido catalogado como el más cálido desde que se tienen registros, con una temperatura media en la península de 24,2 grados Celsius, lo que representa un aumento de 2,1 grados respecto a la media histórica. Este incremento ha superado al récord anterior de 2022 por una décima, y se sitúa seis décimas por encima del verano de 2003. Durante este periodo, la península ha experimentado temperaturas extremas, especialmente en el interior, donde las anomalías han superado los 3 grados en varias regiones, como Galicia y las mesetas.
El portavoz de Aemet, Rubén Del Campo, ha destacado que la tendencia hacia episodios de calor extremo es clara, con nueve de los diez veranos más cálidos en España ocurriendo en el siglo XXI. En la última década, tres de los veranos han sido catalogados entre los más calurosos, lo que plantea serias preocupaciones sobre el impacto del cambio climático en el clima español.
Durante el verano, se registraron tres olas de calor significativas, que sumaron un total de 33 días de temperaturas extremas. La primera ola, que tuvo lugar entre el 18 de junio y el 4 de julio, fue notable por su duración y extensión, afectando a 40 provincias. La segunda ola, entre el 3 y el 18 de agosto, fue una de las más severas de la historia, con temperaturas que alcanzaron hasta 45,8 grados en Jerez de la Frontera.
### Pronósticos para el Otoño
Con el verano detrás, la Aemet ha presentado su pronóstico para el otoño, que abarca los meses de septiembre, octubre y noviembre. Se espera que las temperaturas sean superiores a lo habitual en toda España, con una probabilidad del 60-70% en la península y Baleares, y del 50% en Canarias. Sin embargo, la incertidumbre en cuanto a las precipitaciones es mayor, y se considera poco probable que el otoño sea especialmente lluvioso, especialmente en el oeste y centro peninsular.
Este escenario de sequía se suma a un contexto ya complicado, donde el verano ha sido extremadamente seco en muchas regiones. La media de precipitaciones en la España peninsular fue de solo 57 litros por metro cuadrado, lo que equivale al 81% de lo habitual, convirtiéndolo en el decimocuarto verano más seco desde 1961. Las diferencias regionales han sido notables, con Galicia y Asturias sufriendo condiciones de sequía extrema, mientras que el noreste peninsular experimentó episodios de lluvias intensas.
La combinación de temperaturas elevadas y escasas precipitaciones plantea un riesgo significativo de incendios forestales y otros desastres naturales, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas preventivas. La Aemet ha advertido que las temperaturas alcanzadas en los últimos años son comparables a las que los modelos climáticos preveían para mediados de siglo, lo que refuerza la evidencia de un calentamiento acelerado.
Con la llegada del otoño, los expertos instan a la población a estar alerta ante posibles fenómenos meteorológicos extremos y a adoptar medidas para mitigar los efectos del cambio climático. La situación actual exige una respuesta coordinada y efectiva para afrontar los desafíos que se avecinan, tanto a nivel gubernamental como en la comunidad en general. La adaptación a este nuevo clima se convierte en una prioridad, no solo para la protección del medio ambiente, sino también para la seguridad y bienestar de la población.