En un cambio significativo para el fútbol español, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) ha decidido que los árbitros de LaLiga volverán a ser conocidos por su nombre y primer apellido, una práctica que se había perdido durante más de 50 años. Esta medida, que se implementará a partir de la temporada 2025-26, busca acercar a los colegiados a la sociedad y mejorar su imagen pública. La decisión se produce en un contexto donde la figura del árbitro ha sido objeto de críticas y controversias, y se espera que este cambio ayude a humanizar a los árbitros en el ámbito del fútbol.
### Un Cambio Históricamente Significativo
Hasta ahora, los árbitros eran identificados por sus dos apellidos, lo que generaba una desconexión con los aficionados y una percepción más fría de su papel en el juego. La última vez que se utilizó el nombre y primer apellido fue antes de los años 70, cuando el murciano Ángel Franco Martínez debutó en la Primera División. En ese entonces, los árbitros eran conocidos por su nombre, pero la situación cambió debido a la política de la época. En 1969, el régimen de Franco instó a los medios a referirse a los colegiados por sus dos apellidos, en parte para evitar críticas que pudieran interpretarse como ataques al dictador.
Ahora, más de cinco décadas después, el CTA ha decidido revertir esta norma. La medida no solo es simbólica, sino que también representa un esfuerzo por mejorar la relación entre los árbitros y los aficionados. Con este cambio, los árbitros serán identificados de manera más personal, lo que podría ayudar a reducir la hostilidad que a menudo enfrentan en los estadios.
El presidente del CTA, Fran Soto, ha declarado que este cambio es parte de un esfuerzo más amplio para innovar en la forma en que los árbitros trabajan y se comunican con el público. La idea es que los aficionados puedan relacionarse mejor con los árbitros, viéndolos no solo como figuras de autoridad, sino como personas que también tienen un papel importante en el espectáculo del fútbol.
### Nuevas Normas y Designaciones Arbitrales
Además de la recuperación de los nombres, el CTA ha implementado otras medidas para proteger la figura del árbitro. A partir de esta temporada, las designaciones arbitrales se darán a conocer 24 horas antes de cada partido. Esta decisión busca evitar la presión y el escrutinio excesivo que los árbitros enfrentan antes de cada encuentro, permitiéndoles concentrarse en su trabajo sin distracciones externas.
La temporada 2025-26 contará con un total de 20 árbitros que se encargarán de dirigir los partidos de LaLiga. Entre ellos se encuentran nombres conocidos como Jesús Gil (Gil Manzano), Javier Alberola (Alberola Rojas) y José Luis Munuera (Munuera Montero), quienes han sido parte del panorama arbitral español durante varios años. Este grupo también incluye a nuevos árbitros que debutarán en la máxima categoría, como Iosu Galech, José Luis Guzmán y Miguel Sesma, lo que representa una renovación en el estamento arbitral.
El primer partido de la temporada, que enfrentará a Girona y Rayo Vallecano, será dirigido por Javier Alberola, marcando así el inicio de esta nueva era en la que los árbitros recuperan su identidad. La expectativa es alta, y muchos aficionados están ansiosos por ver cómo este cambio impactará la dinámica de los partidos y la percepción de los árbitros en el fútbol español.
La decisión del CTA de recuperar el nombre y primer apellido de los árbitros no solo es un paso hacia la modernización del fútbol español, sino que también refleja un cambio cultural en la forma en que se percibe la autoridad en el deporte. A medida que el fútbol evoluciona, es fundamental que todos los actores, incluidos los árbitros, sean vistos como parte integral del juego, y no como figuras distantes o ajenas al espectáculo.
Con este cambio, el CTA espera que los aficionados puedan ver a los árbitros como personas que también comparten la pasión por el fútbol, lo que podría contribuir a un ambiente más positivo en los estadios y a una mejor relación entre los aficionados y los colegiados. En un deporte donde la presión y la crítica son constantes, este cambio podría ser el primer paso hacia una mayor empatía y respeto hacia aquellos que tienen la difícil tarea de arbitrar los partidos.