El inicio del nuevo curso político en Cataluña se presenta lleno de desafíos para el Govern de Salvador Illa. Con la llegada de septiembre, las negociaciones para los presupuestos de 2026 se convierten en una prioridad. El Ejecutivo catalán busca el apoyo de sus socios preferentes, ERC y los Comuns, aunque no descarta la posibilidad de prorrogar las cuentas del año anterior. Este enfoque refleja la necesidad de avanzar en cuestiones críticas como la financiación y la vivienda, que son esenciales para satisfacer los acuerdos de investidura y, al mismo tiempo, para garantizar la estabilidad del gobierno.
### La Negociación Presupuestaria: Un Camino Complicado
La negociación de los presupuestos es un proceso que, aunque se inicia oficialmente en septiembre, ya está en marcha en los despachos del Govern. Salvador Illa ha manifestado su deseo de agotar la legislatura, extendiéndola hasta 2028, y ha dejado claro que no vincula la continuidad del gobierno a la aprobación de los presupuestos. Sin embargo, la realidad es que el cumplimiento de los acuerdos con ERC y los Comuns es fundamental para lograr el apoyo necesario.
Illa ha enfatizado que el cumplimiento de estos acuerdos facilitará la negociación de las cuentas públicas. Sin embargo, las diferencias entre los partidos complican el panorama. ERC ha dejado claro que su apoyo a los presupuestos dependerá de avances significativos en la financiación, mientras que los Comuns se centran más en las políticas de vivienda. Esta divergencia de prioridades sugiere que las negociaciones no serán rápidas ni sencillas.
El Govern ya ha comenzado a trabajar en el proyecto de presupuestos, contemplando escenarios alternativos en caso de que no se logre un acuerdo. La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha señalado que la intención es tener unos presupuestos que permitan ser más expansivos, aunque reconoce que esto no ha sido posible en el pasado. En 2025, se lograron varios suplementos de crédito que aumentaron los recursos disponibles del Govern en casi 4.000 millones, lo que demuestra que, a pesar de las dificultades, hay formas de avanzar.
### Vivienda: Un Reto Urgente
La cuestión de la vivienda se ha convertido en uno de los principales retos del Govern. Con cientos de miles de catalanes enfrentando dificultades para acceder a una vivienda digna, este tema ha escalado en la lista de prioridades del gobierno. Durante el otoño, se espera que se presenten avances significativos en la regulación de los alquileres de temporada y de habitaciones, un paso que podría aliviar la presión sobre el mercado inmobiliario.
El conseller de la Presidencia, Albert Dalmau, ha indicado que se están preparando medidas para ampliar el cuerpo de inspectores encargados de velar por el cumplimiento de la ley de contención de rentas del alquiler. Esta ley es parte de los acuerdos de investidura entre el PSC y los Comuns, y su implementación es crucial para abordar la crisis de vivienda en Cataluña.
Además, el Govern ha logrado avances en el traspaso de Rodalies a la Generalitat, lo que podría tener un impacto positivo en la movilidad y, por ende, en la accesibilidad a la vivienda. La creación de una empresa mixta para gestionar Rodalies es un paso significativo que, aunque no está directamente relacionado con la vivienda, podría facilitar el acceso a áreas donde la oferta de vivienda es más asequible.
Sin embargo, el camino hacia una solución integral para la crisis de vivienda es largo y complicado. Las encuestas indican que la vivienda es uno de los problemas más apremiantes para los ciudadanos, lo que pone presión sobre el Govern para que actúe con rapidez y eficacia. La combinación de la necesidad de cumplir con los acuerdos de investidura y la urgencia de abordar la crisis de vivienda presenta un desafío considerable para el Ejecutivo catalán.
En resumen, el inicio del curso político en Cataluña está marcado por la necesidad de avanzar en las negociaciones presupuestarias y en la regulación de la vivienda. Con un panorama político complejo y la presión de los ciudadanos, el Govern de Illa se enfrenta a un otoño decisivo que podría definir el rumbo de la legislatura. La capacidad del gobierno para negociar y cumplir con sus compromisos será clave para su estabilidad y para abordar las preocupaciones más apremiantes de la ciudadanía.