La situación en Gaza se ha intensificado drásticamente en los últimos días, con la aprobación por parte del gabinete de seguridad del Gobierno israelí de un plan militar que busca ocupar Ciudad de Gaza. Esta decisión, impulsada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha generado una ola de críticas tanto a nivel nacional como internacional, con llamados urgentes a detener la ofensiva y evitar un mayor sufrimiento a la población civil.
La operación militar tiene como objetivo consolidar el control de Israel sobre el enclave palestino, donde aún residen cerca de un millón de personas. A pesar de que Netanyahu ha declarado que no tiene intenciones de gobernar Gaza, su plan incluye la creación de un «perímetro de seguridad» y la entrega del control a fuerzas árabes que no representen una amenaza para Israel, excluyendo a Hamás. Sin embargo, esta estrategia ha sido recibida con escepticismo por parte de las Fuerzas de Defensa israelíes, que temen por la vida de los rehenes aún retenidos en Gaza.
### Reacciones de la ONU y la comunidad internacional
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha instado a Israel a detener su plan de ocupación, advirtiendo que este podría violar el derecho internacional y constituir crímenes de guerra. Türk ha enfatizado que la única solución viable es la implementación de un acuerdo de dos Estados, y ha solicitado la liberación de los rehenes y de las personas detenidas por Israel. Su declaración resuena en un contexto donde el 88% de Gaza ya está bajo órdenes de evacuación o ha sido convertido en zona militar, y las tropas israelíes controlan aproximadamente el 75% del territorio.
Desde el ámbito político, las críticas han llegado desde diversos frentes. En España, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha condenado la escalada de violencia y ha exigido un alto el fuego inmediato, subrayando que la situación solo conducirá a más destrucción y sufrimiento. Además, ha abogado por la entrada masiva de ayuda humanitaria y por la creación de un Estado palestino viable.
Por su parte, el partido Sumar ha pedido sanciones y embargos contra Israel, advirtiendo que la inacción podría tener consecuencias graves en el futuro. El diputado de Compromís, Alberto Ibáñez, ha ido más allá, sugiriendo que se explore una intervención militar con autorización de la ONU para frenar lo que considera un «Estado genocida».
### La respuesta de Hamás y la Autoridad Palestina
En el terreno, el grupo islamista Hamás ha advertido que cualquier expansión de la ofensiva israelí significará «sacrificar» a los rehenes que aún se encuentran en Gaza. Hamás ha calificado el plan de ocupación de Ciudad de Gaza como un «nuevo crimen de guerra» y ha instado a la comunidad internacional a actuar. Desde Ramala, la Presidencia de la Autoridad Palestina ha condenado la decisión de Israel, describiéndola como parte de una política sistemática de genocidio y asedio, y ha solicitado la intervención urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
La situación humanitaria en Gaza es crítica. Desde el inicio de la ofensiva, más de 60,000 personas han perdido la vida, y la ocupación total del enclave parece cada vez más inminente. Las órdenes de evacuación y los bombardeos continúan devastando el norte de Gaza, convirtiéndolo en un campo de ruinas y desplazamientos forzosos. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, mientras los líderes mundiales hacen un llamado a la paz y a la solución del conflicto a través del diálogo y la diplomacia.
La escalada de tensiones en Gaza no solo afecta a la región, sino que también plantea serias implicaciones para la estabilidad global. La comunidad internacional se enfrenta a un dilema: ¿cómo intervenir de manera efectiva sin agravar aún más la situación? Las voces que claman por una solución pacífica y duradera se multiplican, pero el tiempo se agota y la situación en el terreno se vuelve cada vez más desesperada.